El diario de Hollie, capítulo catorce

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Capítulo 14

- Bien, ¿que tal este?

- Me gusta, te sienta bien - respondí sin prestar atención a lo que tenía puesto - más que el anterior

- Sí... era de suponerse - susurró

- ¿Disculpa?

- Es que eso dijiste de el anterior y del anterior a ese y a aquel otro, te gustan todo

- Bueno, son vestidos bonitos

- Y caros, no puedo comprarlos todos

- Bien, creo que el segundo me gusta.

- Dijiste que ese lo odiabas

- Ellizabeth - interrumpí - Sabes que mis gustos son extraños y muy diferentes a los tuyos, es más ¿para qué quieres un vestido?

- Mañana es la fiesta de Laurine, iré

- Se llama Lauren, ni si quiera la conoces, ¿por qué iras?

- Porque Finn me lo ha pedido

- Ah, él irá también?

- ¿Has prestado la mínima atención a lo que te he dicho en el taxi?

- Sí, claro que sí. Lo siento fue tonto preguntar.

- Bueno, creo que mejor vamos a otra tienda al parecer esta no es de tu agrado

- Créeme el cambiar de tienda no cambiara mi estado de ánimo - susurré 

- ¿Qué?

- Nada. ¿Vamos?

- Bien solo dejame pagar esto

De pronto las ganas de ir a la fiesta se fueron como por arte de magia. No quiero aburrirlas más, solo diré que esa tarde fue la peor de todas las tardes, escuchar a Ellizabeth hablar de Finn a cada rato solo lograba ponerme ¿celosa? no, yo no soy celosa, nunca lo he sido. O tal vez sí. ¿A quién engaño? Aunque aparente y sea una "buena actriz" segun mis compañeros y mi porfesora de teatro no puedo aparentar mis celos, son algo que se notan facilmente.

- Hasta luego Hollie, debemos repetir esto algun día - dijo Ellizabeth bajando del taxi en donde nos regresamos

- Adios - me limité a decir cuando ella ya había desaparecido.

El taxista condujo tres calles más arribas en donde quedaba mi casa, intercambiaba unas rápidas miradas con el retrovisor para ver mi rostro, yo miraba el paisaje del poquísimo sol que se apreciaba en la ya casi fúnebre noche de hoy.

- ¿Mal día, eh? - preguntó el taxista

- No tiene ni idea...

- Usted lo quiere mucho ¿no es cierto?

- Eso creo - respondí - ¿Se nota mucho? - pregunté despues de pensar cómo es que él lo supo

- Si me permite...

- Adelante.

- Sus ojos reflejan fácilmente cómo es que se siente. 

- ... Es aquí, gracias quédese con el cambio - le dije bajandome del taxi

- Niña, recién eres una niña vive la vida. 

- Lo haré. 

Me metí a mi casa de frente a mi habitación, no había nadie. Saqué la ropa de las bolsas que había comprado y cogí ese vestido que me encantó desde que lo ví, el cual tuve que esconder de ella para que no lo comprara. Era un vestido negro sencillo con una falda con tableado para abajo -no sé si me dejo entender -, y por ser tan sencillo era que me encantaba.

Querido diario: 

No sé muy bien que siento así que he decidido no escribir nada hoy, aunque eso es lo que hago ahora, diablos, tacha lo primero. Bien, creo que mañana no iré a la fiesta de Lauren, Ellizabeth irá y según ella me dijo Finn también y ya tengo suficiente en el colegio como para aguantarlos también fuera de este, sé que mis amigas me odiarán pero no depende de ellas si no de mí aunque soy demasiado egocéntrica y dependo mucho de lo que digan los demás como para que no me importe no sé que hacer.

Hollie Felling McKenzie

Mi celular sonó, era un número desconocido.

- ¿Sí? - respondí 

- Hola... - dijo un poco titubeante - Bueno, quería decirte que... lo lamento Hollie. 

- Finn, ahora no. Tuve una mal día

- Elli me contó que fueron de compras, pensé que estarías feliz

- Sí bueno, si algo me hubiera quedado aunque sea un poco bien podría estar mejor 

- Hey, no digas eso te ves muy bien con todo lo que te pones

- No pensaste eso hace unos días ¿no? - objeté

- Fui un idiota Holl's, lo lamento

- Siempre eres un idiota Finn

- No se que decirte

- No digas nada, debo descansar adiós

- No me cuelgues porf... 

Así es, colgué. 

Sé que tal vez piensan que estoy siendo mala, vil, odiosa, orgullosa o todo lo que quieran pero, vamos, ¿A caso ustedes no estarían así? Quiero decir... fuertes por fuera pero... débiles por dentro? 

No creo ser débil realmente, lo que trato de decir es mejor dicho: Herida. Sí, esa es la palabra: herida.

Mi celular sonó nuevamente con un número desconocido nuevamente. 

- DÉJAME TRANQUILA FINN ROBINSSON NO QUIERO HABLAR CONTIGO JAMÁS - grité

- Holl... soy Joe - dijeron del otro lado de la línea

- Oh... lo siento Joe, es que... estaba de malas

- No te preocupes. No sabes como espero que sea mañana- Tú y yo bailaremos aunque sea una canción

- No, no lo haremos 

- Auch?

- Es que tengo mis motivos

- A ver señorita "soy el búho que todo lo sabe" cuáles son tus motivos?

- Primero: apestaré a cigarrillo, Segundo: bailas... mal, Tercero: no iré

- A ver, primero: dejé el cigarro hace dos días por ti, segundo: bailaré decente contigo lo prometo, tercero: si no vas, te rapto. Simple Hollie.

- ¿En serio has dejado el cigarrillo?

- Lo juro

Bien... estoy haciendo mejorar a una persona, y olvidando a otra...

Hasta que vi la carta en el basurero..

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