El diario de Hollie, capítulo cincuenta y nueve

790 23 1
                                    

Todo lo que uno comienza, tiene un final. 

Es algo imposible de detener, lo inicias, lo terminas. Se termina. Así es la vida, así es precisamente como las cosas ocurren, sencillamente es inevitable; y no lo entiendo, no lo tolero, ¿por qué debe terminar? ¿por qué debe ser así? ¿no puede ser distinto?

Sí, los finales llegan, deben llegar, pero ¿qué tal si no quiero que llegue? 

¿Qué tal si no estoy lista para dejarlo ir aún?

Finn fue un historia hermosa en mi vida, no quiero que al contarla sea un "fue" quiero que sea un "es" quiero que esté conmigo siempre, por siempre y para siempre, no quiero estar sin él, no puedo estar sin él, no importa cuánto tiempo me tomara olvidarlo siempre terminaba enviándole un mensaje o yéndolo a ver, no podía dejarlo, no podía. 

Dejarlo ir sería como matar una parte de mi ser, no estaba lista para morir aún, no estaba preparada para dejar algo por lo que luché con muchos, por algo por lo cual perdí tanto, sencillamente Finn debía estar en mi vida.

No podía ser de otro modo, escuchas "Finn" y automáticamente el nombre de Hollie viene a tu mente, así de sencillo, por separados no funcionamos, yo no funciono.

Ando rota.

- Hollie Feeling Mckenzie .

Tiré mi diario contra la pared y me dispuse a ir con Rodrigo, si es que aún seguía en casa, albergaba la esperanza de que haya ido, no quería hablar con nadie. 

Esperanzas muertas. Me sonrió pesadamente sentado en las escaleras, me senté junto a él y lo miré de frente, él hizo lo mismo. Estiró una taza a mí, la tomé entre mis manos

- Creí que te gustaría una manzanilla - comentó mientras sorbía la mía, relamí mis labios - Te vi un poco... exaltada

- Estoy bien - mencioné

- No, no es verdad, y me cansé de mentiras Hollie, conozco a Finn porque estudiamos juntos hace mucho, y no entiendo cómo te pudo lastimar tanto como para que mientas de esta manera, te he observado, no hablas, escuchas pero estás ausente, estás absorta, suspiras más de lo que respiras, Sylvester y Eloisa no me quieren decir nada, no lo entiendo

- No es algo que...

-Que me incumba lo sé - interrumpió - ¿Pero qué tal si sí me importa? No me gusta verte así, me gustas cuando sonríes, cuando expresas tu punto de opinión, cuando ríes, solo me gustas cuando... Vives - concluyó 

Y ahí estaba una vez más, otra persona diciéndome que estaba muerta, otra persona que no entendía que yo no era todo lo que veían en mi superficie, creí que él me entendía pero no, hace todo lo contrario.

- Debes irte ya - dije bajando las escaleras en dirección a la puerta.

- ¿En serio? - preguntó ofendido

- Sí Rodrigo en serio, no sé quién te has creído ni cuánta confianza crees que te he dado pero honestamente no me ha gustado tu actitud de hoy suponiendo qué necesito o que quiero cuando no lo sabes, no me conoces, nunca lo harás porque no quiero conocer más personas, quiero estar sola, quiero mi espacio, ¿entiendes eso? 

- No, realmente no lo entiendo

- Pues deberías ir haciéndote la idea, no soy como la demás y creo que ya te lo he dicho, no me importa tu historia ni tengo el menor interés en conocerla, quiero estar sola ¿entiendes? ¡SOLA! - exclamé ya desesperada porque no se iba aunque mantuviera la puerta abierta

- Bien. - salió lentamente tratando de mirar mis ojos

Suspiré aún exasperada por su comportamiento de niño inmaduro.

¿Qué me pasa? ¿Desde cuándo soy tan... así? Me sentí mal al haberle hablado de esa manera, no era yo, era una yo rencorosa, odiosa, pero era preferible que me viese así a que me viese como la afligida adolescente de dieciséis que realmente era

- ¿Sabes? Sigues gustándome, creo que eres bella y el que tengas una historia te hace aún más hermosa - dijo a una distancia considerable del lugar en el cual yo me encontraba

Miré al piso, lo más inteligente que pude haber hecho al notar la presencia de Finn y Beth cerca de ahí, ella lo sostenía fuertemente del brazo y él parecía enfadado, me dedicó una mirada llena de decepción y luego la pasó a Rodrigo, mas ésta se torno en una mirada de odio. 

- Gracias - le gesticulé a Rodrigo mientras me dirigía a casa. 

- Hollie - gritó desde afuera Finn, volteé a mirarlo - Luces bien hoy - comentó con odio en su mirada - Pero te verías mejor conmigo al lado

- Púdrete Finn - le susurré 

- Claro cariño, lo que quieras contar de que no me reemplaces

- ¿Juegas conmigo? - pregunté acercándome a él sin importarme la presencia de Rodrigo ni la de la rubia - Porque déjame aclararte que me da igual lo que digas o hagas, pero realmente estoy harta de tus comentarios fuera de lugar, soy una persona no un cualquiera y sería bueno si a veces conectaras tu boca con tu cerebro. ¿Sabes? No duele, no, no, no te cobran, y si lo hicieran ten por seguro que te daría todo el dinero del mundo con tal de que lo usaras por una vez aunque sea. Finn, supérame ¿quieres? 

- No, no quiero

- Entonces no debiste alejarme para empezar - dije yéndome definitivamente

Querido diario:

No importa cuántas veces lo diga, no podría superar a Finn, nunca.

Y tampoco soportaría que él lo hiciera.

Hollie.

El diario de HollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora