Quizás Eloisa solo exageraba, como lo hacía siempre con todo, terminó y regresó con su enamorado más de cinco veces en una semana, era obvio que exageraba... ¿Nana murió? ¿Cómo pudo haber pasado? Ella estaba saludable y fuerte, siempre lo estuvo, cuando la visitaba así era como estaba, perfectamente bien, ¡cuánto me encariñé con esa mujer en tan poco tiempo! Era como la abuela que nunca llegué a conocer, era... Dios mío, ¿Cómo se me ha pasado algo tan grave?
Caminé rápidamente hacia Sylvester, Jeremías y Rodrigo quienes estaban en un lado diferente del campus de la secundaria. Rodrigo me dedicó una sonrisa al verme lo cual llamó la atención de sus amigos quienes voltearon rápidamente a verme y empezar a fastidiar a Rodri.
- Hola guapa - saludaron sus amigos haciendo que riera por primera vez en el día
- Buenos días muchachos - saludé acomodando un mechón de mi cabello que se había enmarañado
- ¿Te encuentras bien? Te has ausentado en las primeras horas - preguntó Rodrigo preocupado
- Sí, estoy bien ¿les molesta si tomo prestado a Sylvester un momento? ¿No? Genial - dije de paporreta mientras jalaba a Sylvestre lejos de ellos
Sylvestre se había ganado mi confianza rápidamente, aunque la primera vez que hablamos fue extremadamente extraño ya que apenas y un par de monosílabos fue lo que cruzamos, sin embargo, días después no podíamos parar de hablar ni por un segundo, era genial. Solté su brazo cuando llegamos a un pasadizo en el cual casi no había gente.
- ¿Qué ocurre? - preguntó dejando sus bromas de lado - ¿Es Finn de nuevo?
- ¿Qué? ¡No! ¿Por qué todos creen que todo es acerca de él?
- ¿Quién más lo cree?
- Bueno realmente has sido el primero en decírmelo pero ¡da igual! No es sobre Finn
- Entonces no tengo ni idea de qué quieres hablar
- ¿Perdón? ¿A caso crees que solo hablo de él y ya?
- En realidad sí, es lo que siempre haces, vienes me dices algo de él luego me dices cuánto lo odias, soy sometido a tu descargo de odio y te vas sin escuchar mis problemas
- ¡No es verdad!
- En realidad lo es - dijo Jeremías apareciendo de la nada
- ¿Qué haces aquí?
- Nada, Rodrigo se fue con Phoebe así que vine con ustedes
"¿Phoebe? ¿Qué hace él con Phoebe?" Oh claro, olvidé mencionar, Phoebe (para mi hermosa buena suerte) es la reciente ex de Finn Robinsson, creo que está de más decir cuánto me odia sin motivo alguno, o claro que puede tener sus motivos porque hace años atrás estuvieron y yo le recomendé que sería mejor que terminaran porque no me parecía adecuada (claro que nadie sería adecuada para él si no era yo, vanidosa) y lo hizo, así que sí... Tiene derecho a odiarme.
- Ves, ni si quiera sabes que Phoebe le ha echado el ojo - me susurró Sylvestre al oído encaminándose a su salón
- ¿Cuándo ocurrió?
- No hace mucho, pero ellos son mejores amigos desde hace bastante tiempo atrás. Jeremías, adelántate, debo hablar con Hollie
Jeremías asintió y desapareció.
Me quedé helada sin poder comprender nada
- Mira Hollie, no sé que intentas pero...
- No intento nada Sylvester, solo quería un buen recreo con mis amigos y me entero que Nana murió, que no hablo más que de el ahora innombrable ¡y que Phoebe quiere con Rodrigo!
- ¿A estas alturas quieres amigos? Te la haz pasado días, ¡semanas! tú sola en ese rincón escribiendo en tu diario o solo mirando al infinito ¿y ahora necesitas amigos? ¡Hazme el favor, Hollie!
- Sylvester...
- Hollie, sabes que siempre te doy la razón, pero esta vez estás equivocada si crees que todos hacen lo que tu quieres
Me miró notando que sus palabras me había herido
- Oye, sé que una decepción de tal calaña duele, y duele muy feo, pero eso no quiere decir que puedes dejar a tus amigos así y luego en un abrir y cerrar de ojos recuperarlos creyendo que estarán siempre solos esperando por ti porque no es así. Es hora que salgas de tu trance, pequeña - dijo con la voz más tierna que le pudo haber salido jamás y se fue.
Había vivido tan consumida con mi vida rondando en torno a Finn que no me había percatado de la realidad, no notaba nada de lo que ocurría en mi entorno, Rodrigo me habló solo una vez hace tan solo unos días, y de pronto ¿ocurrió todo un mundo de cosas por un par de segundos que me fui a mi mundo?
Y aunque muy tarde, me di cuenta que no tenía amigos.
Que una vez más, estaba sola.
