Querido diario:
A veces las cosas no son lo que parecen.
A veces suelo preguntarme por qué conocí a ciertas personas o por qué hay sentimientos que uno no puede evitar, e incluso ocultar. Es extraño, realmente extraño.
Sin embargo las cosas buenas que me han pasado las he olvidado casi tan rápido como recuerdo las malas... ¿no sé si me dejo entender?
Y sí, recuerdo que yo misma fui la que te dijo que la soledad ayuda a uno a descubrirse como realmente es, pero la verdad es que la soledad simplemente te hace ver que no hay nadie a tu alrededor, que esos que dijeron ser tus amigos desaparecen casi tan rápido como llegaron, que todas las promesas que te dijeron y el "siempre estaré para ti" no fueron más que palabras.
Hay veces en que las cosas, sencillamente no son lo que parecen.
Y bueno diario, Heather, Skylar (¿como cuántos nombres tienes, eh?), como sea, he conocido tanta gente, conozco a todos mis contactos que tengo en mis redes sociales, tantas personas saben mi nombre, hay tantas especulaciones sobre mí, hay tantas personas hablando de mí y sin embargo estoy sola.
Completamente sola.
Soy como una de esas tablets, algo nuevo, algo que cuando lo ves te llama la atención por todo lo que has leído y escuchado, luego te aburres de ella y lo dejas ahí... solo... desolado... sintiéndose una escoria.
¿Sabes? A veces el estar solo no es tan bueno como suele decirse.
A veces el estar solo, es lo mejor que te puede pasar, y otras... lo peor.
Pero no puedo negar que el estar sola me ha ayudado a reflexionar bastante, he llegado a reflexionar tanto, y pensar tanto en todo lo que ocurre a mi alrededor y he notado tantas cosas que no había notado de la realidad que me rodea que... tengo miedo que me dejen sola nuevamente y darme cuenta que estoy más sola de lo que luzco...
Que siempre estuve sola...
Hollie Feeling Mckenzie.
- Hola, ¿Hollie, cierto? - preguntó una voz nueva para mí y a la vez no tanto, la había escuchado en el salón de clases pero nunca la había escuchado directamente, y menos decir mi nombre...
Cerré mi diario a una lentitud única y giré mi cabeza para poder verlo por primera vez a los ojos de manera directa.
- Sí - respondí tímidamente "buen trabajo Hollie" me regañé "Vamos di algo más" - Feeling Mckenzie - añadí con torpeza sin poder evitar darme un golpe mental
- Mi nombre es Rodrigo, Rodrigo Cortman Kress- saludó con una sonrisa imposible de ignorar
Wait a minute, ¿ha dicho Kress?
Todos mis sentidos se pusieron en alerta.
Esto no podía estar pasándome, no nuevamente, ¿qué rayos es lo que sucede en este tonto y alocado mundo? ¿es que a caso no podía gustarme un chico solo a mí sin tener que compartir sentimientos con Elizabeth?
¡Ya estuvo bueno, ¿no?!
- ¿Todo bien? - preguntó sin quitar esa sonrisa tan característica de él
- Sí, todo bien - susurré tratando de que mi mente no explotara en el intento de pensar y procesar lo que estaba ocurriéndome por segunda vez - ¿Por qué?
- Distraída - susurró más para él que para mí, dibujó de nuevo su sonrisa quitando todo rastro de el ser pensativo que estuvo en su posición hace tan solo unos segundos atrás - Te he preguntado si me acompañarías por un café
"Por supuesto que te acompañaría por un café" no, muy desesperado.
"Seguro" demasiado cortante
"Sí, claro" bien, eso está bien
No, espera, no está bien. ¡Le gusta a tu mejor amiga! Bueno pero él me habló primero a mí no tiene nada de malo... ¡No! Es Ellizabeth, no le puedes hacer esto, no le puedo hacer lo que ella me hizo... Pero tú no eres ella, ¡y ella no es ni si quiera tu amiga! ¡Es una hipócrita contigo!
¡Hollie basta, es solo un café no te ha pedido matrimonio!
- ¿Hollie?
- ¡No me puedo casar soy menor de edad!
- ¿Qué? - preguntó medio riéndose
- Dios mío no he dicho eso en voz alta - musité lamentándome, puse mi mochila en mi hombro derecho y cogí mi diario mientras me ponía de pie, no podía poner mi reputación aún peor - Debo irme
- ¿Te acompaño?
- No, no me gusta el café y estoy bien sola, gracias - le sonreí por un momento y caminé.
- Creí que esperabas a alguien - comentó caminando junto a mí
- Creí haber dicho que estaba bien sola - respondí
- Lo dijiste, que sea maleducado no es asunto tuyo - rió
- Por supuesto que lo es, no puedo permitirme ser amiga de alguien con unos modales tan vagos - contraataqué
- Genial porque no pretendo ser tu amigo - aclaró
Paré en seco y volteé a mirarlo.
Vamos Hollie, Ellizabeth te quitó tu felicidad una vez, ¿por qué arriesgarte nuevamente?
- ¿Sabes? Las chicas de este instituto salen aún en cincuenta minutos, casi una hora, tiempo suficiente para ir al establecimiento de Starbuck's que está a cinco minutos de aquí, ¿qué dices?
Tu felicidad no puede depender de ella siempre, no es tu culpa que él te haya hablado, ella lo hizo contigo, le importó un bledo tu amistad, ¿por qué debe importarme la suya?
- Lo lamento tanto - me dije más a mí que a él
- ¿Qué sucede ahora? - reclamó
- No traigo dinero suficiente - me excusé aunque tenía más de treinta dólares en mi billetera
- Yo tengo suficiente para cinco personas y solo somos dos
- Lo siento Rodrigo, es un no.
Caminé un poco más regresando a mi sitio anterior, no tenía a donde ir de todas formas.
- Bien, entonces te acompañaré aquí - concluyó sentándose junto a mí - A esperar... ¿esperas a tu novio o algo?
- Si lo hiciera no sería aquí, en un colegio de chicas... sería algo letal para un noviazgo ¿no crees? Muchas candidatas solitarias.
- Es un buen punto, pero si te quiere no vería a nadie más.
- No creo que me quiera
- ¿Por qué lo dices?
- Porque para que me quiera mi novio primero debería tener uno - reí
- Podrías si quisieras, ¿dónde es el casting? Yo concursaría- rió conmigo aunque pude ver en sus ojos que hubo una parte que no bromeó, mentiría si dijera que supe cuál fue
- ¿Mencionaste algo acerca de un café? - pregunté
- Creí que no te gustaba la cafeína
- También hay cosas a base de leche e incluso jugo de naranja
- Cool, yo invito.
Puso mi mochila sobre su hombro y en su espalda puso la suya, nos encaminamos dos cuadras más abajo en la cuadra siete y nos sentamos a esperar nuestra orden mientras conversábamos de distintas cosas.
