Capítulo 10
Regresé a starbucks con unas ganas horribles de llorar, nadie se dio cuenta de mi presencia, caminé hacia el baño y me miré al espejo, abrí mi bolso y saqué mi diario, unas lágrimas cayeron de mis ojos derramandose por mis mejillas.
Abri mi cuaderno y empecé a escribir:
Disculpa si te estoy manchando con mis lágrimas, fue... es que, ag. ¿como pude ser tan ilusa e idiota para creer que alguien como Finn se fijaría en alguien como yo? ¿ como pude creer que alguien tan, así, se fijaría en , como el dice , "una tonta chibolita" me siento horrible. Ni si quiera tenía preparado esto, ellos se odiaban ni si quiera se hablaban, ¿como pudo pasar esto? Elli es mi mejor amiga, me conoce lo suficiente para saber que me gusta Finn, no es una idiota como para no notarlo, paro con él solo hablo con él, él... ¿como pudo hacerme esto él? crearme tontas ilusiones para luego pisotearlas y saltar sobre ellas y bailar flamenco y... creo que quedó claro. AH NO QUIERO LLORAR PERO ESTOY LLORANDO PORQUE SI QUIERO LLORAR PERO NO ME GUSTA PORQUE ES UNA IDIOTEZ. Lo sé, soy complicada. Ni si quiera sé que hago aquí, feliz super dulces dieciséis? no. estás loco si pensaste eso, este es el peor cumpleaños qe tuve a parte de ese cuando mis amigos se divertian y yo me puse mal y tuve qe ir a mi habitacion. Lo siento, no puedo escribir ahora, no puedo seguir agui.
- Hollie Feeling Mckenzie -
Cerré mi diario, me lavé la cara y salí del baño. Cogí todos los regalos y todo y lo merí en mi bolso algunas cosas y otra en las bolsas.
- Hollie, Hol's, hey que pasa ¿a donde vas? - preguntó Finn acercándose - ¿estas bien? saliste como rayo.
- Perfectamente bien - respondí cabizbaja, no quería que mis ojos me delataran
- ¿Que sucede?
- No me siento bien Finn, adios.
- Hollie.
- DEJAME FINN, DEJAME EN PAZ. - grité mirandolo - solo dejame.
Mis amigos me miraron sorprendidos de que le halla hablado así a Finn, salí chocando el hombro con él que se había puesto en contra de la puerta. Pensé en tomar un taxi, pero no quería, no sé por qué, caminé hacia mi casa, hacía mucho frío, y yo estaba sin abrigo alguno. Llegué a casa, abrí la puerta y subí corriendo a mi habitación para evitar cualquier tipo de comentario, cerré mi habitación con seguro y me recosté en mi cama apoyando mi cara contra mi almohada dejando las lágrimas fluir libremente sin el temor de que alguien me viera, mientras me preguntaba como es que pude ser tan idiota para pensar que algun dia podría ser feliz
