El diario de Hollie, capítulo cuarenta y nueve

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Terminé de recoger mis cosas, no habría notado que se habían caído de mi bolso de no ser por el sonido de las monedas en el suelo. Era un poco cómico para las personas que pasaban por ahí ver esa situación, él me miraba con un sentimiento que no podía descifrar y yo recogía mis cosas extremadamente rápido e intercalando mis manos entre el piso y mis ojos los cuales tontamente botaban unas cuantas lágrimas. 

Me puse de pie y suspiré.

Yo sabía cómo era que seguía la historia, terminaría disculpándome por algo que no había hecho y él obviamente no accedería con facilidad, se iría y yo iría detrás a rogarle

¿Por qué? Porque soy buena persona. 

¿Buena persona? Por favor Hollie, eso... eso es ser idiota

Pero no Hollie, no esta vez. 

Tú estabas bien sin él, bien sin él en tu vida. ¿Por qué ahora debería de ser distinto? Aprendiste a vivir sin él, quizás dolió un poco (mucho) (demasiado) pero ha valido la pena. 

- Hollie...

- No - interrumpí - No quiero volver a verte Finn, nunca - dije sin poder mirarlo - No quiero que aparezcas en mi vida como si nada e irte dejándome rota. No quiero que seas parte de mí de nuevo, no quiero que pretendas que nunca me heriste cuando eres quien más lo ha hecho. No quiero que me mires no quiero nada, no quiero ¡AH! - grité exasperada, él sonreía - ¿te parece gracioso? ¿crees que el que te quiera reventar tu estúpido rostro y pegarte un buen golpe en la ingle es gracioso? - comenté irritada

- Realmente si, inflas tus cachetes de una forma divertida - comentó estirando mis cachetes como si estos fueran de goma, le pegue en la mano haciendo que me soltara

- ¡Realmente, eres un infantil Finn Robinsson! - grité exasperada, irritada a nivel extremo - ¡Eres una escoria, una rata inmunda, un baboso, el mal personificado, eres imposible, eres idiota, eres Finn! No sé ni por qué te estoy hablando 

- Porque en realidad, tú aún me amas - dijo sonriendo satisfecho

- ¿En qué mundo? Dios, eres tan extraño. ¿Sabes que? Esta conversacion nunca sucedió, eres un sueño, una pesadila - susurré - pero eres cualquier cosa menos real, y no quiero que hablemos nunca, habla con tu Beth y tu Charlie, pero no conmigo

- ¿Y luego? ¿Este es el momento en el que te beso o aún no llega? La verdad me has perdido, se supone que debía pedir perdón no pelear

- ¿Perdón de qué?

- Por todo lo que me has hecho Hollie, siempre es así

- ¡Yo nunca te hago nada! ¡Eres tú el idiota! 

- Es en serio, ¿ahora te beso o seguirás hablando?

- ¡No volverás a besarme nunca! - finalicé caminando lejos de él

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