El diario de Hollie, capítulo cincuenta y ocho

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Su ceño estaba fruncido y su mirada perdida en algo que solamente su cerebro podía descifrar, estaba en un ensimismamiento único, por mi parte no dejaba de dar vueltas en círculo a la pajilla de mi vaso. 

Lo quedé mirando esperando a que notase que en lo que sea que pensaba, quería saberlo, era una curiosidad un poco perturbadora realmente, no creo poder irme tranquila sin saber en qué pensaba, me pilló pensando en qué pensaba y me regaló una blanca y amplia sonrisa que decoraba muy bien su rostro borrando aquél ceño fruncido.

- Me preguntaba si algún día lo sabré - dijo adivinando lo que quería saber 

- ¿Saber qué? 

- El por qué eres así tan callada, tan distante, tan cortante... quiero saber más de ti

- No hay mucho que saber acerca de mí - comenté cabizbaja - Mi vida es como la de cualquier otra, aburrida a veces y divertida en su momento, otras veces es como una montaña rusa y como todos ¿sabes? - reí - No todo es bueno siempre pero cuando lo es trato de aprovecharlo al máximo, al menos lo intento

- Créeme Hollie, no eres como cualquier otra - sonrió

- No sabría responderte a eso, tampoco es que me interese mucho serlo o no, créeme Rodri, ya traté de ser como los demás, no funciona muy bien conmigo - dije riendo al recordar que en un momento había sido rubia 

- ¿Y por qué tratas de ser como los demás? ¿No te gusta ser auténtica?

- La verdad no, antes no. Antes solo quería la aprobación

- ¿Aprobación de quién?

- De alguien 

- ¿Y como te sentiste al respecto?

- Me siento como si estuviera en un psicólogo - dije haciendo que ambos riéramos - Sabes, no sé que hago aquí 

- Perdona, te he incomodado

- No, no eres tú...

- "No eres tú, soy yo" - preguntó 

- No, realmente no eres tú ni yo, ni veo por qué tendría que decir eso, es solo que estoy peleada con Ellizabeth y no quiero ir con ella hoy, lo había olvidado, debo irme 

- Te veo mañana entonces, o quieres que te acompañe

- Vivo un poco lejos - comenté 

- Está bien, tengo permiso hasta tarde

- Bueno, entonces creo que sí - le sonreí 

Me puse de pie perdiéndome en sus ojos por un momento

- Tienes unos bellos ojos - comentó haciéndome sonrojar, rehuí de su mirada dándome la vuelta, sin darme cuenta choque con un señor haciendo que los cuadernos que llevaba en mano se cayeran al suelo, incluido mi diario

- ¡Ay, lo siento! - dije agachándome a recoger mis cosas

- No se preocupe, yo la ayudo - dijo Rodrigo agachándose también

- Soy tan torpe - susurré levantándome 

Le extendí la mano esperando a que me diese la parte que él había recogido, no té que miraba algo con sumo interés, miré a sus manos. Oh, no. 

- ¿Es por él? - preguntó mirando la foto en donde estaba con Finn, se la quité apresuradamente de entre sus manos

- No te incumbe - respondí guardándola en mi diario nuevamente

- Hollie, él...

- Dije que no te incumbe - interrumpí - Y si quieres acompañarme será mejor que no hagas preguntas sobre esto - concluí mientras detenía un taxi 

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