- Vaya, yo te creía un poco... distinta
- ¿Ingenua, tonta? - interrumpí a los prontos comentarios que haría Rodrigo, como siempre, comentarios desubicados que a él le parecía normal
- No, solo menos agresiva - comentó él sonriendo
- Okay - dije agarrando un balón de básket y dándole rebote acercándome al resto de la clase
- Hey Hollie, no te enojes, solo bromeaba
- A veces tus bromas no dan risa - aseguré
- Perdón, es que me pones un poco nervioso
- Le gustas a Ellizabeht, Rodrigo ¿cuántas veces más debo recalcártelo? -pregunté incómoda por su comportamiento
- Ni una más, Hollie, pero dime tú ¿cuántas veces yo debo recalcarte que la que me gusta eres...?
- Sí, como sea - interrumpí su oración una vez más, cosa que no le agradó en lo absoluto por la desilusión que pronto se había formado en su rostro. Suspiré - No eres tú Rodri, te lo he dicho millones de veces ya, solo soy yo, no quiero nada con nadie ¿bien?
- Ya lo sé - comentó lanzando la bola al aro sin tener éxito por cuarta vez - Pero aún mantenía la esperanza, ya ha pasado tiempo desde que nos hemos conocido, bueno no mucho, pero desde el principio te aseguré que no quería ser solo tu amigo, me dejaste entrar a tu vida, eso me dio a conocer que tú tampoco querías simple amistad
- Pues te equivocaste Cortman - dije encestando de una, él se sorprendió, reí - No me gusta gustarle a personas, no me gusta que me gusten, sencillamente no va conmigo
- Pues te gustó Finn - repuso
- Así es, gustó. No más.
- ¿Cómo estás tan segura? Si te afecta, te importa. Así de sencillo.
- ¡Bueno, yo no soy sencilla! - casi grité llamando su atención - Que tú me creas ordinario no quiere decir que lo soy Rodrigo, me caes realmente bien pero como amigos, ¿lo entiendes? A-MI-GOS tómalo o déjalo, tampoco eres tan importante en mi vida - concluí realmente enfadada, este diálogo no era solo de hoy, era de todos los días desde que fue a mi casa, habían pasado dos meses ya y yo recién me había animado a contarle lo que pasó con Beth por su insistencia al ver que la rubia y yo ya no cruzábamos ni mirada.
Honestamente conociendo bien a Rodrigo noté lo buena persona que él podía ser, al igual que un buen amigo, pero como toda persona, él tenía defectos (aunque al inicio creí que él era un ser perfecto) uno de ellos era que no medía sus palabras al hablar, decía absolutamente todo lo que pensaba, fuera bueno o fuera malo, no le importaba mucho los sentimientos de los demás, realmente le daba igual si así lo hacía, al contrario, empezaba a hablar con tono burlón y sencillamente te malograba el autoestima aún peor. Si eso era posible.
Y lo que más detestaba de él era su arrogancia.
Nunca en mi mente pudo caber que alguien como él fuera alguien tan arrogante y egocéntrico.
- No quise incomodarte - dijo un poco avergonzado. Lo bueno era que con algunas persona sí sabía disculparse, realmente solo conmigo y con Sylvester, su mejor amigo
- Lo lamente, he sobreactuado un poco
- ¿Un poco? - rió
- Ya cállate - le dije sonriéndole - Eres un buen amigo Rodrigo, no sirvo para las relaciones, en serio, no quiero que tú seas como Finn y que no nos dirijamos para nada la palabra
- No soy Finn, Hollie, yo puedo hacerte feliz
Largué un suspiro una vez más
- Quizás ese es el problema - comenté encestando una vez más - No quiero ser feliz aún - concluí corriendo tras la pelota que se había confundido con la de otros, escuché su suspiro, miré por el rabo de mi ojo y vi su mirada llena de desilusión.
La misma que yo tuve cuando Finn me había rechazado.
Cálmate Hollie, mejor ahora que nunca.
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Les regalo un capítulo para que no digan que soy mala :D jaja
