El diario de Hollie, capítulo cincuenta y uno

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And once again ahí estaba yo, debajo de mi cama (se podría decir que era mi refugio) pensando. Pensando como siempre pensaba en cosas que no debía pensar y sin embargo se hallaban en mi mente. 

En mi cabeza siempre me había maquinado una historia junto a él, siempre felices como los mejores amigos que solíamos ser, con sus labios robándome besos de vez en cuando, con sus brazos rodeándome brindándome esa seguridad que solo sentía con él, y ahora estoy ya tan vacía, no podía más, jamás podría dar vuelta a esa página, siempre estaría estancada en la misma página del mismo libro y cuando creí que estaba por acabar esta historia regreso por los recuerdos, regreso para sentirlo una vez más, regreso para poder estar a su lado aunque sea una vez más. 

Pero una vez más, aunque él dijera que me amara, aunque me llamara y me mensajeara, yo no era a quién amaba, yo era quien sobraba. Y no importaba cuantas veces me pidiera perdón o yo lo haga, yo no era la dueña de su corazón, él nunca fue mío, el nunca fue absolutamente nada de mí. 

Finn Robinsson solo fue una persona más que marcó mi vida.

Y aunque esté aquí escribiendo una vez más que "ya fue" estoy cien por ciento segura que en unos días e inclusive en un par de años regresaré a esta página, a esta misma página y pensaré en él, pensaré en lo que nunca pudimos ser por todas las trabas que le puse, por todo lo que se interponía entre nosotros.

Mas de algo estaba completamente segura, nunca podría superar completamente a Finn Thomas Robinsson. Nunca. 

Hollie.

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