El diario de Hollie, capítulo sesenta y dos

727 22 0
                                    

Fui a los vestidores a cambiarme antes que todos para poder estar un rato conmigo misma, realmente necesitaba pensar. Me dirigí al salón, aún faltaba un lapso de cincuenta minutos para que los demás salieran de clase de Educación Física

Querido diario:

O sea, una cosa era gustarle a los tipos que no te caen (como esos dos de al fondo que nunca me dejan de mirar cuando estamos en clases a quienes 

les gusto desde siempre y nunca me lo dirán porque saben que me caen realmente fastidiosos) y otra muy distinta es gustarle a alguien que se volvió como un hermano en tu vida, alguien a quien le puedes contar cualquier cosa porque le brota confianza de los poros, alguien que te demostró que puedes confiar, alguien con quien puedes ser tu misma porque siempre te querrá, alguien como Rodrigo. 

Era como que tipo que rgjmetiojhblrd en mi cabeza, no podía pensar era como si una barrera de concreto gigante se hubiera plantado en mi mente en tan solo segundos, estar cerca de él me confundía, me irritaba, me ponía feliz. 

Ahora sencillamente estar cerca de él, me incomodaba, más que todo, me molestaba. 

Rodrigo me ponía en un altar, me alababa, todo lo contrario a lo que una persona cuerda haría por alguien como yo, y sí tienes razón, quizás es porque no estoy contando la historia completa por la cual todas se sentirían como yo pero no, porque ellas no tuvieron mi pasado, ellas no saben lo... Beth que fui yo en algún momento, no merezco eso de parte de Rodrigo.

Aún me siento mal en tan solo pensar lo que les hice a esos muchachos, ¿cómo es que podía ser tan zorra con solo 13 años? ¿Qué rayos ocurría en mi cabeza? 

Si tan solo él supiera, se decepcionaría tanto que nunca más me hablaría.

Y no sé que duele más, el hecho de que decepcione a alguien otra vez.

O que me muero por decírselo para que me deje de una vez por todas en paz.

Hollie Feeling Mckenzie.

Un profundo suspiro se coló entre mis labios inesperadamente, cubrí mi rostro con mis manos mientras me apoyaba en la carpeta del salón, definitivamente estar sola fue la peor opción que pude haber tomado. Últimamente todo lo que decido es una mala alternativa. ¡Ah, me detesto!

- ¿Qué demonios pasa conmigo? - me susurré lamentándome dándome pequeños cabezazos contra la mesa

- No hagas eso, te lastimarás - dijo Rodrigo apareciendo a mi lado asustándome levemente

Lo miré con una expresión a la cual, para ser sincera, no sabía como clasificar, ni si quiera puedo asegurar lo que sentí en aquél instante

- ¿Por qué? - fue lo más inteligente que pude decir en ese momento

- ¿Por qué qué? - preguntó con el ceño fruncido 

- Por qué rayos eres así conmigo - mascullé frustrándome

- ¿Así como?

- ¡Por lo que más quieras en tu vida deja de responder mis preguntas con otra! - grité irritada

- Hollie, cálmate

- No puedo Rodrigo, no puedo, me estresas, me molestas, tu sola presencia realmente me abruma, no puedo... ¡No puedo! - concluí 

- Hollie

- No soy quien piensas - interrumpí - Realmente, no me conoces, no todo lo que ves es lo que soy, no todo lo que te digo es completamente cierto o sea te digo la verdad pero no todos los hechos ¿me comprendes? No eres tan importante para mí como yo para ti, sencillamente no Rodrigo y tu presencia me está sofocando es como que te veo venir a tres cuadras y ya quiero irme corriendo, perdóname por la sinceridad pero es tan ¡AH!

- ¿Terminaste?

- Sí, terminé - dije recostándome en la carpeta - Y espero que tú también porque quiero estar sola - agregué señalándolo con mi mano izquierda

- No sabía que tenías un tatuaje, ¿por qué fighter?

- Porque es como me siento ahora

- ¿Realmente? 

- Sí - "no" - Como alguien que lucha una batalla ya perdida

- ¿Finn? - preguntó haciendo que me incorporara mirando al vacío

Tic. Tac. Tic. Tac 

No, no es el reloj, no hay reloj en este salón, es mi cabeza tratando de irritarme 

Miré sus ojos llenos de duda

- Sí.

El diario de HollieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora