{Explosivo}

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Diego Ortega.
07. Diciembre. {Por la noche}

El sexo es ese arte incomprendido, y olvidado del que todo mundo contempla, practica y saca provecho sin realmente darle el valor que se merece. Un asqueroso sexo de unos minutos cualquiera puede, pero un acostón que lleve a un verdadero orgasmo, placer y emoción... sólo unos pocos.

—Temo se fue a dormir...— Digo. Íker asiente. —¿No quieres divertirte? 

—No me quedaron muchas ganas para ser honesto...

Detengo sus palabras con mi dedo, sus labios juegan con mi dedo índice.

—No te resistas. Sé qué quieres esto...

Bajo mis pantalones, y le doy mi espalda, dejo ver mi trasero. Sus manos van a jugar con mis glúteos, sé lo que él quiere. Sus labios recorren mi espalda, me pongo en una posición para recibirlo, siento su lengua, me hace morder mis labios. Me siento en su pelvis, su pantalón choca contra mi trasero desnudo, hago movimientos para provocarlo.

—No me tientes, que si no ocurrirá...

Me dice jugando mis glúteos, mi erección golpea en su bragueta.

—¿Y si hago que pase qué?

Me acuesta en el sillón, saca su pene acercándolo a mi trasero. Termina de desprenderse de su ropa.

—Te gustará...

Sus movimientos son rítmicos, lentos al principio preparando que el camino se relaje para poder penetrarme, en lo único que podía pensar era en qué voltear heterosexuales debería ser deporte, añoraba un reconocimiento. Le doy un beso, de esos que hace que te enredes con su lengua, lo hacía vibrar. Se pone del lubricante, estoy listo para recibirlo. Sus manos están inquietas recorriendo mi cintura, y mis pezones.

—¡¿Pero qué demonios?!— Una explosión hace me aferre a él, no quiero moverme. —Parece fuego...

Cuauhtémoc baja corriendo las escaleras.

—El coche... el coche se incendia...— Se acerca al sillón, su cara de asustado cambia a desconcierto. —¿Se están acostando? ¡Rayos! Disculpen.

Temo se da la vuelta, nos ponemos la ropa y salimos de la cabaña. El coche de Íker estaba envuelto en llamas. Comenzamos a marcar a los números de emergencia.

—Tranquilo.— La mano de Íker esta temblando.

Jerry Vázquez

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Jerry Vázquez.
07. Diciembre. {Por la noche}

Los regresos deben ser triunfales... ¡Explosivos!  Si te vas una vez que sea en silencio, por qué las mejores cosas son las que regresan sin avisar y logran sacudirte.

Veo entre los árboles como el coche de Íker arde, quiero dar un mensaje claro.

—Pronto será tu turno de arder...

Veo cómo sale Íker de la cabaña a su lado otro tipo que no conozco. Mi amigo había regresado a sus andadas con homosexuales. Me sorprendo ver que el tercero en salir es Cuauhtémoc. Quiero acercarme pero eso arruinaría mis planes, y nada debe alterar la secuencia de ello, o no valdría la pena tanta planeación. El control es mío, y este es mi juego, nada ni nadie me sacará de esto. Me pongo mi casco y enciendo la motocicleta. Todos se arrepentirán de haberme humillado.

Respira, suspira y repite. {Aristemo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora