Diego. {Perdido}

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Diego Ortega.
03. Febrero.

Mis pies no tocan el suelo. La mano de mi papá estruja mi laringe, quiero gritar pero las palabras no salen. Mis dedos se aferran en la camisa de mi padre, mis toques claman por misericordia. Mi vista comienza a ponerse borrosa. Escucho unas botas acercarse. Todo se pone nublado, caigo de sopetón. Comienzo a toser, el aire regresa hacia mi.

-¿Papá?- Digo con la voz ronca. Mi voz está quebrada.

El sonido de igual manera vuelve a mis oídos, escucho un alboroto, con una mano tallo mis ojos y con la otra sobo mi cuello, siento algo roto. Mi papá forcejea con alguien de una chaqueta negra y un casco de motocicleta. Este le está dando con un bate de metal. Con lo que me queda de fuerzas me lanzo sobre mi papá para cubrirlo de los golpes, el hombre de la chaqueta me quita con una patada. Al fondo del pasillo veo a otro con casco, pero este es más bajo de estatura, se acerca por la espalda. Siento que este es el fin.

-Te amo papá.- Mi mano temblorosa quiere tomar la mano de mi padre pero este la aleja de mi.

El que nos golpea comienza a reír, pero su risa acaba cuando recibe un golpe del otro tipo. Ellos ahora comienzan a forcejear. ¿Que no venían juntos? No quiero averiguarlo, al levantarme con tropiezos trato de sujetar a mi padre, este me suelta con molestia y me empuja. Entiendo lo que significa esto. Salgo corriendo de casa, mi corazón está a mil por hora, corro con dificultad pero no quiero que me pase algo. Volteo para ver qué nadie me sigue.

Hey! Detente, te vas a lastimar...

Me toma de la mano, tardo en reconocerlo. Su cabello es más largo, más alto que yo. Pero aún mantiene la tradición de topármelo en uniforme de fútbol, con un balón bajo el brazo y una frente empapada de sudor.

-¿Enzo?- Pregunto.

-¡Diego! Es un milagro. Tenía tiempo sin verte por este parque. ¿Estás bien? Estás blanco como papel. ¿Viste a un muerto o algo?

-Papá... dos hombres...- Volteo de lado a lado. Enzo me toma de las mejillas y trata de calmarme. -Temo, necesito encontrar a Temo. Necesito ayuda.

-Está bien, esta bien. Pero primero debes calmarte Diego, yo te llevo, aún recuerdo a tu amigo el rarito.

Un golpe cae sobre el rostro de Enzo haciendo que caiga al suelo. Me toma por la espalda y me acerca a una camioneta, trato de soltarme pero es imposible, tiene más fuerza que yo. Un golpe en la cabeza hace que pierda el conocimiento.

Respira, suspira y repite. {Aristemo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora