Respira, suspira y repite. {Aristemo}

Jerry. {La cita}

Jerry Vázquez.
01. Enero. {Primera hora del año}

La motocicleta ruge, no hay nada que se interponga en mi camino. No hay carros, no hay personas. Siento que las manos que rodean mi abdomen se sujetan con más fuerza. Con una mano golpeó el casco que viene a mis espaldas.

—¿Asustado?— El casco venía con un micrófono integrado para poder hablar con Aidan. —Ya casi llegaremos.

—¿Asustado? ¡Estoy feliz! Jamás había hecho algo así de loco.

Se abraza más a mi. Siento un frío en el cuello. ¡Que me pasa! Debo concentrarme. Llegamos al estacionamiento del edificio. Me quito mi casco y acomodo mi cabello. Aidan se traba con el caso, lo sujeto para poder quitárselo, su cabello queda alborotado y me causa gracia. Le pongo sus gafas y extiendo mi mano para llevarlo al elevador.

—¿No nos meteremos en problemas?— Pregunta Aidan.

—¿Problemas? El edificio es de mi padre, así que no te preocupes.

Llegamos a la azotea del edificio. Una mesa con velas y la cena nos está esperando. La vista es impresionante, fuegos pirotécnicos explotan como si fueran orquestados.

—¿Es para nosotros?— Dice Aidan sorprendido. Corre a la mesa y toma una papa frita. —¡Sabe delicioso!

Corre a la cornisa para admirar la vista. Se maravilla como un chiquillo. Saco mi teléfono y le tomo una foto sin que se de cuenta. Me apeno y guardo el teléfono.

—¿Te gusta la vista?— Lo tomo por la espalda. Le doy un beso en su mejilla. —Está noche es nuestra.

Se pone frente de mi y me toma por las mejillas.

—Jamás alguien había hecho algo así por mi. ¿En serio nuestra?— Dice al darme un abrazo. —¡Eres el mejor Jerry!

Pongo mi teléfono en la mesa, coloco una canción lenta y me vuelvo acercar a él. Lo tomo por la cintura y hago que el también lo haga, como si encajara perfectamente su cabeza queda en mi hombro. Nos movemos al compás de la canción. El momento es perfecto para un beso. Deslizo mis dedos en su espalda, se siente tan bien. Quiero seguir repitiendo los besos.