Narrador.
Primer día del año.En la cabeza de Aristóteles solo sonaba la locura de amor que sentía por Cuauhtémoc Lopez. Si por el fuera iría con una guitarra en la mano por toda la ciudad cantando lo loco que está por el, por sus ojos y esa curiosa forma de protegerse ante situaciones incómodas. ¡Este chico estaba perdido por el!
Cuauhtémoc sigue sintiéndose poca cosa a lado de Aristóteles. A pesar de saber que este otro se muere por el, siente que tarde o temprano lo dejará; se daría cuenta qué hay personas mejores que el.
Íker veía a Diego como aquella persona que lo inyectaba de valor. El seguía peleando con esa voz interna que decía; Tu no perteneces a este mundo de colores, tu vas en la heteronormatividad. Sigue repasando las palabras de Aristóteles, no importa cuanto lo niegues, sabes qué hay algo distinto en ti.
Diego no podía sentirse más completo a lado de Íker, es todo lo que pidió en la vida, pero lo que no sabe que es malo pedir todo cuando no se da nada. Muy en el fondo reconoce que Íker se dará cuenta de su modo de vida tan materialista, pero es algo que decide ignorar por el momento.
Julio y Lupita discuten por un lado por el beso que tuvo su hermano hace unos minutos. ¿Julio se siente a gusto por completo? Lupita reclama y deja las cosas en claro. ¡No tiene por qué importarte! Es su hermano y deben apoyarlo. Será un año extraño; dicen al unísono.
En el edificio Córcega se siente un año seco, vacío. ¿Faltaba la chispa de alguien? Linda lo analiza bien; ¡Falta Aristóteles! Audifaz su padre sabe que a hecho mal en correr a su propio hijo, pero su orgullo puede más que su amor propio al prójimo. La demás familia simulaba que nada pasaba. La apariencia puede más que un problema.
Aidan recibió el año encima de la motocicleta de Jerry, viajando por la ciudad como si nada importara. Grita eufórico en cada curva que toman. Se sentía querido, acobijado. Rodea con más fuerza el abdomen de Jerry.
Quiere aprovechar cada segundo con el, sentirse extasiado por siempre.En la cabeza de Jerry se despeja toda idea de venganza por esos momentos, no piensa en nada más que Aidan sujetándolo. En lo bien que se siente estar encima de su moto y con ese chico. Teme unos segundos el pensar; ¿Alguien puede hacerme cambiar? La risa de Aidan se contagia, es auténtica felicidad. Acelera para perderse en los desérticos callejones de la ciudad. Su noche terminaría en la cima de un edificio donde tendría una cena especial.
Y la mente de todos se tranquilizan, disfrutan a las personas que tienen a su alrededor, ven lo afortunados que son con lo que tienen. Y en conjunto sin saberlo se dicen en la mente; Respira. Solo eso, respira.
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Respira, suspira y repite. {Aristemo}
Novela JuvenilAristóteles Córcega sabe que su último año de secundaria debe ser el mejor, y debe conocer a una chica para cumplir todas sus expectativas de pubertad. Es un chico popular, capitán del equipo de basquetbol y altruista. Cuauhtémoc Lopez es alguien ap...