Aidan Vallejo.
Fecha desconocida.Lo recuerdo con claridad, no todo pero si lo importante que debe estar en mi cabeza. Es el día de mi cumpleaños, es una gran fiesta, muchas sillas de colores, en las mesas hay gorros para todos. Serpentinas, confeti y una piñata que cuelga en medio. Un pastel para doscientas personas, tengo mi traje de cumpleaños preferido; Un traje de los Power Rangers. La fiesta brilla por su genialidad, mis padres no habían escatimado en nada. Solo hay un detalle.
—Te dije que no tenía amigos.— Dice mi padre. Esta en su tono molesto, como cuando hace negocios. Su voz firme y filosa como cuchillo. —Esto solo fue una tontería, pudimos haberle regalado lo que él pidiera y listo. ¡Cero tonterías!
Mi cuerpecito se abraza con mis rodillas, quiero contener las lagrimas pero los gimoteos me traicionan.
—Lo siento, creí prudente una fiesta para su interacción social. Abriría su círculo.— Dice mi madre. Sus palabras tratan de sonar lindas. Hasta el final. —Pero sacó tu rareza, es un bicho raro que no puede ni hacer que venga una persona. Eso es de tu familia.
—¿Mi familia? ¡Por Dios mujer! Esto es cosa de la tuya.
Mis padres discuten, se alejan ambos con los móviles en las manos y lanzando pestes al aire mientras se van.
—No sé que a pasado. Personalmente entregue todas las invitaciones.— Dice Rebeca, revisa su PDA, verifica el email, no le gusta cometer errores. Suspira y deja el aparato en la mesa. Me sujeta entre sus brazos, me pone un gorro de cumpleaños, y se pone el suyo. Comienza a cantar. —Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz... que tengas un buen cumpleaños, un cumpleaños feliz...
La canción se queda en mi cabeza, Rebeca siempre fue una buena cuidadora y una excelente amiga. Ella me a dado grandes platicas, me hablo de sexo y cosas de las cuales debo cuidarme.
Aidan Vallejo.
16. Enero.Rebeca está en la cocina, acomoda la comida y demás cosas que a comprado.
—Te dije algo pequeño Rebeca.— Me subo a la barra. —Pero aún así te luciste. Eres la mejor como siempre.
—¡Y como no! Mi niño hermoso cumple años, y se merece que lo consientan. Además ya vi que tienes unos nuevos amigos.— Voltea a ver a Temo y Aristóteles. Están juntos jugando con sus manos. —Interesantes amigos diría yo.
—Son novios.— Rebeca se ve algo nerviosa con el asunto, y de mi pecho sale... —Rebe, yo creo que igual tengo un novio...
El silencio se apodera de la cocina. Deja caer un plato en el fregadero, se hace añicos de un borde.
—¡Oh!— Abre los ojos... —Bueno, eso es nuevo, y tu mamá enloquecerá cuando sepa que no podrá tener nietos. Y créeme que pagaría por ver esa cara.
—Rebe es un tema serio.
—Está bien, esta bien... ¿Te soy honesta? Ya lo sabía, o bueno sospechaba. Recuerda que yo llevo el grupo familiar de todo los dispositivos móviles, y vi muchas aplicaciones extrañas. Sabes que no soy chismosa solo me di a la tarea de investigar qué eran...
Mis mejillas se sonrojan. Quiero desaparecer de aquí.
—Rebe, no le digas a mamá. ¡Mucho menos a papá!— Junto mis manos para implorar.
—Tranquilo, no dire la noticia, es tu noticia. Además sabes que te apoyaré siempre.— Me da un abrazo, y palmea mi trasero para que camine. —Ahora ve con tus amigos, que la fiesta inicie.
Me acerco a ambos, Aristóteles como siempre me recibe con una sonrisa, no sé qué cara poner. Veo el reloj de mi teléfono; Jerry ha tardado en llegar. Pero el tener a Aristóteles significa mucho para mi, mi único amigo.
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Respira, suspira y repite. {Aristemo}
Novela JuvenilAristóteles Córcega sabe que su último año de secundaria debe ser el mejor, y debe conocer a una chica para cumplir todas sus expectativas de pubertad. Es un chico popular, capitán del equipo de basquetbol y altruista. Cuauhtémoc Lopez es alguien ap...