Un mago inusual

Capítulo 7

Las primeras clases con Remus fueron interesantes, el mago explicaba claro y conciso los temas, los chicos estaban contentos de haberlo encontrado. Cada uno tenía algunas clases por separado, había temas que Morgan sabía y Harry no, y otros temas que practicaba Morgan y eran avanzados para Harry.
Remus, por su parte, no podía creer su buena suerte, el cuestionario que hizo a los niños fue mejor de lo esperado, Harry estaba al nivel de un primer año y Morgan al de 5° año, por supuesto había detalles que completar, temas que faltaban, pero ambos niños tenían buena disposición, planificó comenzar desde el principio, serviría para repasar y reforzar los contenidos, no les llevaría mucho tiempo. Morgan obtuvo en su cuestionario 93/100 y Harry 80/100.

- Chicos necesitarán una varita propia, las varitas de álamo con núcleo de polvo pezuña de hipogrifo y la de núcleo de pelo de doxy son útiles para principiantes, pero creo que alcanzarían más resultados si pueden canalizar bien su magia con una más afín a ustedes - dijo Remus.
- Yo puedo mover las cosas sin varita, y estoy ayudando a Harry - respondió Morgan.
- En tu caso creo que es algo natural, sorprendente en verdad, realizar magia no verbal y sin varita requiere disciplina, concentración y considerable poder. De todas formas tenemos que trabajar y pulir tu habilidad... Iremos a la tienda de varitas de Ollivanders, en el Callejón Diagon.
- Bien, iré por mi sombrero - dijo Morgan caminando hacia su dormitorio.
- Tal vez deberíamos comenzar por controlar el color de su cabello - susurró pensativo Remus.
- Morgan no es metamorfomago si es lo que piensas, conocimos una en año nuevo pero no es igual a mi primo. Él tiene el cabello de su madre - dijo Harry, mientras ordenaba sus cuadernos mágicos.
- ¿Sabes como se llama su madre? ¿Dónde está ella?
- eh, hum... Creo que se llamaba Violeta, murió antes que el padre de Morgan. Vimos un retrato que pintó su padre, Morgan lo enmarcó y está frente al principal de su padre.
- Harry, ¿desde cuándo conoces a Morgan? Lo llamas primo, entonces ¿alguno de sus padres era tu tío o tía? - comenzó a indagar el mago.
- No lo sé, creo que alguno de ellos era un primo lejano de mi papá o mi mamá, pero el tío Nick lo sabe, él dice que Morgan y yo somos primos lejanos, igual que ellos son mis bisabuelos lejanos por parte de mi mamá.
- ¡Lily tenía parentesco mágico! - carraspeó y trato de superar la sorpresa, Harry alzó una ceja con sus libros apoyados contra su pecho. Hasta el momento había tenido paciencia para que fuera el profesor quién se presentará cómo amigo de los Potter, pensó que tal vez el mago precisará un empujón, pero no se dio la oportunidad porque apareció Kiki, con un solo movimiento sus útiles, libros y cuadernos, desaparecieron y su mochila de salida estaba frente a él.
- Listo - asomó Morgan por la puerta - Ah, menos mal que Kiki trajo tu mochila, yo llevaré mi morral, es más práctico para mí - dijo con su bolso morral de cuero borgoña cruzado.
- Yo quiero uno también - murmuró sin pensar Harry.
- Bueno, entonces pasaremos por Greenwich a comprar uno para ti, creo que tienen una sucursal en el Callejón Diagon, cualquier cosa si no lo encontramos, no cuesta nada ir por flu al Boulevard mágico de Canterbury.

La chimenea de la casa de Topsham, no figuraba en el directorio de flu, estaba bloqueada para cualquier extraño que quisiera pasar sin ser invitado, sin embargo desde ahí se podía ir a otras chimeneas conectadas a la red flu que fuera de libre acceso.
Entraron al pub de Charing Cross, Morgan trastabillo apenas pero Harry casi cae de bruces, Remus traspasó sin problemas. Saludaron al tabernero Tom, caminaron hacia el fondo del negocio y en la pared que comunicaba al Callejón Remus tocó con su varita el código sobre los ladrillos, 3 horizontal y 2 vertical.
Minutos después estaban en "Greenwich, equipaje para todo destino", ahí el niño compró un bolso morral de cuero color azul, incluía encantamiento de extensión indetectable, peso pluma, antirrobo, etc., Harry estaba contento con su adquisición. Además, aprovecharon para comprarle uno a Remus, a parte de un maletín nuevo, pese a la renuencia "un regalo de amistad de sus alumnos no se puede rechazar".