Capítulo 24

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Sueño profundo, sueño tranquilo, qué bueno es dormir. Morgan se movió, entresueños, se preguntaba sin preguntar, lo extraño de su almohada, no sentía igual qie siempre, clavó sus garras y escuchó un gritó.
- ¡Au! ¡Duele! - dijo Remus, tomó su varita de la mesa de luz - Episkey.
- ¿Qué haces en mi cama? - Morgan tenia el pelo revuelto, y los mente nula. Luego se despertó del todo y recordó su noche, su cara se volvió roja y se tapó la cara con las sábanas - Disculpa, no quise arañar.
- No hay problema, mira ya lo arreglé... ¿Te arrepientes? Porque yo no, cuando nos conocimos, tenía miedo de que me gustaras. Cuando me gustaste, tenía miedo de besarte. Cuando te di un beso, tuve miedo de enamorarme. Y hoy que estoy enamorado de ti, tengo miedo de que me olvides - recitó algo que alguna vez leyó y expresaba su sentir en ese momento.
- ¿Me amas? - dijo contento, porque, a quién no le gusta ser amado - Yo, yo no me arrepiento, sólo estoy sorprendido - respondió menos tímido.
- ¿Estás bien? - preguntó ayudando a sentar al adolescente, dando un beso en su mejilla.
- Mi señorito emparejado, su padre pidió traiga estas pociones, dice que se sentirá mejor en minutos - Kiki apareció de improviso, y Morgan asustado miró hacia el cuadro que debería estar vacío, pero al contrario tenia la imagen de Chuioke serio.
- Imaginó joven, que después de desflorar a mi niño, asumirá usted su responsabilidad y se casará con él pronto. Podré estar muerto pero mi ingenio no, ni por un momento crea que por estar limitado a un marco no puedo llegar a usted para limpiar mi honor.
- ¡Padre! - gimió avergonzado, para enseguida tomar rápido las pociones y lograr moverse sin dolor.
- Por supuesto señor, claro que... si Morgan me acepta - respondió el lobo con piel de cordero.
- Remus, yo no te voy obligar a nada...
- ¡Hijo! ¡Ese hombre se aprovechó de tu inocencia! ¡Bloqueo este marco! Recién en la madrugada pude saber cómo estabas - se tomaba la cabeza lamentándose. Mascullaba lo equivocado que habia estado, lo arrenpetido que estaba de haber subestimado al lobo.
- Padre... padre, escucha, nadie me engaño - «tal vez un poco» - Padre, estoy bien, no te preocupes.
- Morgan, si me aceptas podemos casarnos cuando termines la escuela - dijo Remus tomando sus manos.
- Pero, es muy pronto y ¿estás seguro? y yo planeó tener muchos hijos... - dijo sabiendo sobre su sentir sobre el tema.
- ¿Me quieres?
- Sí te quiero - respondió automático.
- Entonces, no hay nada más que decir, nos casamos en 2 años - lo besó - Voy a mi dormitorio, nos vemos en el desayuno - Remus hubiese querido quedarse y bañarse con él, pero presentía que debía darle su espacio.
Morgan lo siguió atónito con la vista hasta que se fue.
- ¿Es que nadie va considerar mi opinión? - se quejó Morgan.
- Podrias hablar más claro - respondió el retrato.
- Necesito pensar bien las cosas, no puedo ser impulsivo con algo tan importante. Padre yo no me quiero casar. Yo creo en el matrimonio para toda la vida, en el amor.
- Cómo debe ser, el matrimonio es para toda la vida, las amantes para un rato.
- Dejemos el tema por ahora - miró alrededor y no vio al elfo. Buscó su reloj para ver la hora, 8 de la mañana - Baño, desayuno y compras - pensó en voz alta.
Se miró en el espejo de pie que tenía en la puerta de su placard, no se veia diferente salvo algunos chupetones.
- Lobo tonto, no pudo resistir marcarme - murmuró con falsa molestia, y con una risilla lento llegó al baño, dónde su elfo dejó preparada la bañera para su ya no tan señorito.

Durante el desayuno todo parecía normal, salvo que Remus se veia orgulloso ante un Sirius que miraba desconfiado.
- Pareces felíz Moony amigo, ¿Te pasó algo bueno?
- Padfood amigo, deje atrás las dudas y decidí vivir sin escuchar mis propios prejuicios - bebió su taza de chocolate con leche.
- Morgan, ¿Luna viene con nosotros? - dijo Harry mordiendo su porción de bizcochuelo.
- Eh, no, ella va con sus padres, finalmente vamos nosotros 3 con Draco, que debe estar por llegar.
- Yo voy con ustedes - dijo Sirius coqueto tomando la mano de Morgan.
Remus gruño bajo.
- No podemos Sirius, tenemos una reunión de trabajo - Remus se acercó a Morgan y besó su mejilla abrazando sus hombros, dedicando una mirada posesiva, haciendo su amigo soltara a su novio.
Sirius dio una carcajada similar a un ladrido.
- ¿Qué pasa padrino?
- Nada, Prongslet, sólo que tu tío Moony comió un manjar solo sin compartir.
- Eso es egoísta, Morgan dice que es bueno compartir - dijo confuso sobre qué manjar comería Remus, imaginó que podía ser un chocolate caro, en general se dice que son más sabrosos por eso son caros.
- Cierto, pero en fin - terminó su taza de café - No está dicha la última palabra - se acercó a Morgan y volvió a tomar una de sus manos, besó la palma mirando fijamente a sus ojos, luego sonrió y guiño un ojo - Nos vemos más tarde. ¡Vamos Moony!.
Se despidió de los niños y salió del comedor.
- Te quiero, que tengas un buen día - dijo en voz baja Remus a Morgan.
- Igual, que resulte bien su día - Morgan dio un vistazo a los niños que estaban entretenidos en sus cosas. Tomó a Remus del cuello y lo besó - Suerte - luego se levantó juntando las tazas vacias en un solo lugar.
Remus tenia una sonrisa gigante, se despidió de los niños deseando suerte.

Un mago inusualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora