Capítulo 28

1.6K 210 20
                                    

La profesora McGonagall estaba muy sorprendida de la capacidad de Harry, Morgan no dio a conocer que él también poseía el don, no creyó necesario hacerlo, siempre es bueno tener cartas bajo la manga.
Dumbledore se enteró de lo sucedido y los llamó a su oficina, luego que la profesora dijera la contraseña a las gárgolas, los 3 ingresaron a la oficina encontrando a Dumbledore sentado tras el escritorio, sus ojos brillaban ante la posibilidad de no estar equivocado, y qué en realidad Harry fuese el elegido. La oficina del director era una gran sala circular con muchas ventanas y muchos retratos de directores y directoras anteriores. El retrato del antecesor del actual director, Armando Dippet, colgaba detrás de la silla principal del escritorio. Morgan sabía que en la Torre del Director se encontraba el hogar permanente del Sombrero Seleccionador, que perteneció a Godric Gryffindor, esperaba lograr verlo. También había una serie de tablas delgadas, en la que se ubicaban delicados instrumentos de plata que giraban y emitían pequeñas bocanadas de humo, así como una increíble colección de libros, que constituían la biblioteca privada de Dumbledore, su Pensadero, y Fawkes el fénix, a quién Morgan no pudo evitar saludar, siempre quiso verlo en persona, no se parecía al de la película, este era más hermoso, con plumaje entre rojo, naranja y dorado, y además le guiño un ojo.
Pasaron un rato explicando lo que pasó y el porqué el niño tuvo que intervenir.
- Creo que necesito tener una conversación en privado con Harry - dijo el director.
- Entiendo, Señor Sallow regrese a su dormitorio - ordenó la profesora.
- NO, Morgan puede quedarse, lo que tenga que decir director, puede hacerlo frente a él - el niño se paró firme junto al adolescente. La profesora demostró irritación por la imposición.
Dumbledore sonrió indulgente.
- Lo que hablaremos tiene que ver con tus padres. Pero si así lo prefieres tu primo puede quedarse... Minerva gracias puedes rerirarte, yo acompañare luego a los estudiantes a la Torre.
- Está bien director... - dio una mirada severa de advertencia a los chicos y se fue.
- Tomen asiento por favor. ¿Gotas de limón?
- No gracias - respondió Morgan y Harry lo imitó.
Dumbledore hizo un resumen de las características de Lily y James Potter, los buenos amigos que eran y luego pasó al punto, la historia de que Voldemort pasó parte de sus poderes a Harry cuando lo atacó.
- Director Dumbledore, siento discernir con usted, pero Harry tiene ancestros que eran hablantes pársel, es decir, Harry tiene la habilidad por herencia. Es un secreto, o más bien una omisión de información, pero la madre de Harry no era hija de muggles, sino descendiente de una línea squib.
- Oh, es cierto, había escuchado algo al respecto - dijo algo caído - Perenelle es tu tía abuela... No se sorprendan, somos amigos cercanos, tarde o temprano lo sabría, pocas cosas me permanecen secretas - los miró sobre sus gafas de medialuna.
- Hum, señor. Si no tiene otro tema para tratar... - Morgan observó al director, parecía querer provocar alguna otra reacción, tal vez esperando descubrir si eran sinceros.
- No, eso fue todo. Deben estar cansados, me disculpo por no acompañarlos pero recordé que tengo un compromiso previo.
Intercambiaron unas pocas palabras más y se despidieron, Morgan y Harry volvieron a la Torre.
- ¿Por qué estaba tan interesado por mi cicatriz? - dijo pensativo Harry tocando su frente - varias veces lo vi fruncir el ceño mirándola.
- Bueno, quizás porque una cicatriz no puede ser eliminada con magia cuando son demasiado graves, no hay hechizo o poción capaz de removerla... Sin embargo, tu cicatriz persiste pero cómo una marca de nacimiento, no se ve tan marcada como cuando te conocí.
- ah, bueno, esta bien - olvidó el tema por el recibimiento que dio Neville, que estaba preocupado y quiso saber todo lo qué pasó con los profesores.

Luego del incidente del club de duelo, los rumores sobre Harry corrieron cómo pólvora. Había quiénes le temían y otros que prefirieron ignorar el tema.
- La comunidad mágica esta predispuestos a la histeria y los prejuicios - Morgan murmuró mientras recordaba la definición que una vez Rowling dio sobre la sociedad de los magos.
- ¿Qué dices? - preguntó Druella Beaufoy, quién obtuvo el primer lugar esa semana en los duelos de 6° año de Ravenclaw.
- Nada, pensaba en voz alta. ¿Falta mucho? - dijo en voz baja Morgan.
- El profesor comenzó a intimidar a algunos - respondió en voz baja también.
- Quienes aprenden a hacer magia sin vociferar los conjuros cuentan con un elemento de sorpresa en el momento de lanzar un hechizo. No todos los magos pueden hacerlo, por supuesto; es una cuestión de concentración y fuerza mental, de la que algunos... carecen - dijo Snape despacio con un tono de voz grave al grupo de 5° año.
Resultó que Lockhart sólo se pavoneaba en las sesiones del Club de duelo, su falta de seriedad en las clases de Defensa contra las Artes oscuras llevó a tener que tomarse mínimo 15 minutos explicando algunos hechizos o encantamientos utilizados durante los duelos.
En cada sesión se utilizaba la asistencia de 2 o más estudiantes avanzados que participarán corrigiendo posturas, etc., de los más novatos. Idea de Lockhart, pues no siempre contaba con Flitwick o Snape.
- ¿Por qué yo y no Sledge? - se quejó en voz baja Morgan, dado que pretendía pasar rato con Gizmo.
- Porque usted es más confiable que el Neandertal de su compañero, hubiera sido caótico que ataque cada vez que sospecha de alguien, por ejemplo el incidente de la serpiente, tuvo suerte que sus amigos lo contuvieran a tiempo.
Morgan guardó silencio y Snape los asignó con un grupo.

Un mago inusualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora