Un mago inusual

Capítulo 13

Minutos antes de llegar a la estación los prefectos informaron que debían colocarse los uniformes, los chicos salieron un rato al pasillo y los chicas se cambiaron primero, luego intercambiaron.
La velocidad del tren disminuyó, una voz retumbó en el tren.
- Llegaremos a Hogwarts dentro de 5 minutos. Por favor, dejen su equipaje en el tren, se lo llevarán por separado al colegio.
- Harry vamos a dejar salir a las aves - dijo Morgan y el niño asintió - Gizmo bonito, abre tus ojitos que llegamos a la estación.
El ave se cubrió con un ala, ante la insistencia se esponjo y sacudió sus plumas. El tren aminoró más la marcha, hasta que finalmente se detuvo. Todos en el pasillo, se empujaban para salir al pequeño y oscuro andén. Morgan abrió la vemtana y las 4 avess volaron juntas hacia el castillo junto a otras.
- Chicos hay mucha gente atascada en el pasillo, no se separen y miren donde pisan - dijo el más grande.
Los 6 niños iban detrás de Morgan, al bajar Neville tropezó y él logró atraparlo.
- Tranquilo Neville - dijo Morgan ayudando a estabilizarse entre tantos chicos. La oscuridad era inquietante y los faroles no ayudaban a la atmósfera. Los otros niños llegaron junto a ellos.
- Draco. Auxilio. Pansy nos volvió locos todo el trayecto, para colmo se peleaba con Bulstrode, ¿podemos ir contigo? - Goyle, Crabbe y Zabini se mostraban impasibles, agotados.
Morgan como una gallina llevó a los 9 niños a través de la multitud.

Al llegar a la estación de Hogsmade, los estudiantes de primer año son acompañados por Rubeus Hagrid, este los llamó para que lo siguieran, prestó especial atención en Morgan único estudiante nuevo que no era de primer año. Los estudiantes veteranos viajaban hasta el castillo en carruajes que a primera vista se movían solos pero en realidad son tirados por thestrals, criaturas aladas esqueléticas que son invisibles para los magos que nunca han visto la muerte.
- ¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! - la gran cara peluda de Hagrid rebosaba alegría sobre el mar de cabezas - Miren bien dónde pisan. ¡Los de primer año, síganme!
Caminaron por un estrecho sendero oscuro, rodeado de tupidos árboles, nadie hablaba mucho.
- En un segundo, tendrán la primera visión de Hogwarts - exclamó Hagrid por encima del hombro - justo al doblar esta curva.
Se produjo un fuerte ¡ooooooh!, en la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.
El sendero estrecho se abría súbitamente al borde del gran lago negro dónde había unos pequeños botes, los cuales mediante magia navegan.
- ¡No más de 4 por bote! - gritó Hagrid, señalando a la flota de botecitos alineados en el agua, junto a la orilla. Harry tomó fuerte la mano de Morgan, viajaron con Draco y Neville, el resto se distribuyó en otros botes.
- ¿Todos subieron a un bote? - continuó Hagrid, que tenía un bote para él solo - ¡Vamos! ¡ADELANTE!
La pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, las luces se reflejaban en el agua y se podía ver unas figuras muy difusas nadando alrededor. Todos estaban en silencio, contemplando el gran castillo que se elevaba sobre sus cabezas mientras se acercaban cada vez más al risco donde se erigía.
- ¡Bajen las cabezas! - exclamó Hagrid, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco. Todos agacharon la cabeza y los botecitos navegaron hacia una gruta debajo del castillo de Hogwarts, pasaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera del peñasco.

Fueron por un túnel oscuro hasta que llegaron a un muelle subterráneo, donde treparon por una escalera entre las rocas y los guijarros. Morgan sintió un cosquilleo chistoso en la piel, al pasar por la cortina de hiedra hasta el puerto subterráneo de guijarros, observó a Harry y algunos otros estudiantes, parecian haber percibido lo mismo.
Hagrid vigilaba el desembarco de los botes; luego subieron por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo finalmente a un césped suave y húmedo a la sombra del castillo.
Subieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta de roble.
- ¿Están todos aquí? - dio un ultimo vistazo al grupo.
Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó 3 veces a la puerta del castillo.
La puerta se abrió de inmediato, apareciendo una bruja alta con túnica verde esmeralda, con una severa expresión en su rostro. Harry la reconoció de las fotografías que había en los álbumes familiares, se llamaba Minnie.
- Los de primer año, profesora McGonagall - dijo Hagrid.
- Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí - respondió.
La bruja abrió bien la puerta y les indicó pasar en orden, el vestíbulo de entrada era grande, las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores.