Capítulo 27

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Albus admiraba desde la mesa principal a los estudiantes, todo parecía estar calma y bajo control, había comenzado acercarse a Harry, su potencial héroe, potencial porque ya no estaba tan seguro de su elección. Gellert tal vez tuviera razón y había malinterpretado la profecía, además Sybill tenía episodios de tipo profético de forma imprevista y no siempre podía estar presente.
Estaba meditando cada una de las "incoherencias" que su profesora de adivinación dijo en los últimos años, eran frases eran inconexas en apariencia pero si las unía, transmitia un cambio, un jugador secreto que no estaba seguro de que lado estaba. Albus guardaba una copia de recuerdos de cada evento importante en su vida en viales irrompibles, todos almacenados en los estantes de un mueble cerrado cerca de su pensadero, listos para ser analizados tantas veces como él lo necesitara.
El director estuvo presente en la entrega de las nuevas escobas, con ese tema de por medio logró conversar con Harry, pequeños comentarios, por ejemplo qué opinaba del torneo de ese año, comentarios sobre lo cercano que él era con sus padres, anécdotas sencillas pero graciosas que beneficiará a su plan de crear confianza. Invitó al niño a visitarlo para seguir conversando o si necesitaba consejo de un "abuelo".
- Mi puerta estará siempre abierta -dijo el ditector al niño.
El siguiente paso era el heredero Sallow, un joven brillante que pronto marcaría una diferencia en la sociedad, lo estuvo investigando y el muchacho era más inteligente que su padre, él nunca lo conoció en persona pero lo conocía a través Nicolas. Entonces, el muchacho podía ser con suerte el rey de sus piezas, su mejor elemento si sabía como ganarse su lealtad, debía admitir que el joven era carismático aunque no lo demostrará y a través de él conseguiría otros buenos soldados.

Los últimos 2 días Morgan sentía un escalofrío en la espalda, del tipo que se siente cuando alguien te observa demasiado, al mirar hacia atrás, lento o rápido no conseguía saber quién era. Este era el tercer día, tenia clases afuera, Cuidado de criaturas mágicas, por culpa de su amigo Leopoldo estaba llegando tarde, ese gato y su nuevo juguete lo ponían ansioso, no sabía qué cosa tenia esa pelota pero no podía evitar querer rodar con ella. El muy fanfarrón le hacía burla cuando tenían compañia, sabía que Morgan no quería compartir aún ese secreto.
Salió corriendo de la zona Gryffindor, unos cuantos pasos más luego de terminar las escaleras y podría usar un pasadizo para cortar camino.
- Hola Morgan - saludó con falsa voz aniñada.
Él frenó en seco y preparó su varita bajo la manga.
- ¿Quién eres? - preguntó por disimular, pues ya imaginaba quién era.
- ¿Qué pregunta? Me conoces, soy la hermana de Ronald, Ginevra.
La niña pelirroja lo veía con una mirada depredadora, sus pupilas titilaban entre rojo y azul, haciendo que a simple vista su color de ojos cambiara de gama cromática.
- No lo eres, por favor identifícate.
- Tan educado e inteligente como esperaba, mejor que los otros tontos que nos rodean. Tengo una propuesta.

Tom Riddle había notado a Morgan durante un cambio de hora, su compañero sangre sucia, elogiaba a su mentor, al parecer era un fanático de fotografía. Entonces lo vio, el adolescente parecia absorto con una lectura, debió de querer tomar un apunte porque de la mesa surgió de repente un block de notas con un apagado resplandor. Morgan Sallow era un sangre pura, descendiente de una antigua familia, antepasados importantes, primero en su clase, bajo perfil y un potencial no explotado, el cuerpo ideal... el único problema es que el adolescente era desconfiado, se escabullia fácilmente y rara vez se encontraba solo. Sus defensas eran altas e intuía que no podría tomar su cuerpo por la fuerza ni siquiera usando el diario.

- Te ofrezco poder más allá del que puedas obtener estudiando en Hogwarts. Conocer la verdad que se te oculta. Únete a mí y serás importante, más que tus padres - la cara de la niña era igual a la máscara de la comedia, pero de forma terrorífica.
- ¿Qué verdad? No escuchaste decir que la verdad es una existencia que nos proporciona desesperación, de esa forma no nos volvemos demasiado engreídos. Desesperación para aquél que se llenó de orgullo, cómo tu supongo - respondió Morgan.
- Te equivocas en rechazar la oportunidad que te ofrezco. Lamentarás rechazarme... - masculló molesto Tom.
- No lo creo, tengo mis propios planes.
- Crucio - lanzó la maldición.
- Esmaltum reflectio - se defendió Morgan levantando una barrera, bloqueado momentáneamente la maldición.
- ¡¿Qué pasa ahí?! - se escuchó a Filch cerca.
Ambos se separaron cuidando sus espaldas, Morgan iba tarde a su clase y Ginny a pociones. Ninguno queria llamar la atención sobre sí.
- Nos veremos pronto Morgan - dijo agotado.

Un mago inusualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora