Me atrevo a bajar del coche y Taylor no se va, así que a mitad del jardín retrocedo un paso porque Wesley todavía no me ha visto. Está sentado en el banco del porche con la cabeza entre las manos, ¿eso es que algo malo le pasa? Ay ¿Y si me dice que está enamorado de mí y me vuelve a besar?
Retrocedo y piso una rama que se parte. Wes clava sus ojos en mí y me sonríe corriendo hacia mí. Sigo estando algo embobada con sus pocos pelos de barba y el brillo potente de sus ojos.
—Hola —se inclina hacia delante y me da un beso en la mejilla—. Mira, te he traído el programa de la Universidad. Estabas indecisa y así te aclaras un poco.
Es un papel doblado en cuatro partes, y el nerviosismo se me desprende totalmente del cuerpo. Me ajusto la mochila al hombro agarro el programa. No me gusta sentirme así, como si hablase con un extraño, menos siendo Wesley.
—Gracias, Wes.
Entonces nos sumimos en el silencio. Sé que me está mirando, y muy intensamente. ¿Debo irme ya? ¿O está esperando a que diga algo más?
—¿Qué tal con Noah?
Subo la cabeza y me hundo en el abrigo.
—Bien —me limito a contestar.
Wesley hace un mohín. No sé si sonríe o hace una mueca, pero está mono.
A sus espaldas, veo a Margot asomarse por la puerta con Chase detrás. Margot tiene buen corazón, y sigue estando algo embobada con Wes aunque lo niegue. Abre la boca y grita:
—¡WesWes! ¿Quieres entrar a tomar un café?
Wesley me mira. ¿Que puedo hacer? No encuentro las palabras para decirle que aunque es incómodo, seguimos siendo amigos. No quiero que suene como si gritara: <<¡Friendzone!>> Así que agito la cabeza y asiento.
Sentados en la mesa de la cocina, Chase enciende la radio de papá y pone música para relajar el ambiente. Como no hay cafetera , los hago con café de sobres que aunque no saben igual, Wes sonríe y asiente a modo satisfactorio.
—¿Te has mudado o algo? —le pregunta Margot mientras picotea un poco de bollería que han traído.
—No. Pero he estado liado con la Universidad y en casa de unos amigos con los trabajos.
Si bien Wes no es de lo más popular por lo que tengo entendido, sé que sus amigos son súper agradables y algo frikis.
Bastantes minutos más tarde, me llega un mensaje de Noah.
¿Qué haces? Estoy puesto a mis deberes pero creo que necesito tu ayuda, ¿puedo llamarte?
Miro de reojo a Wesley, contándonos abiertamente sobre su nuevo proyecto de botánica.
—Creo que empezaré escribiendo la justificación de porqué la botánica es importante —está diciendo.
—¿Y porqué es importante? —pregunto.
Wesley se traga el último trozo de bizcocho y se acomoda en su asiento. Parece todo un hombre a punto de dar el discurso que ha memorizado durante la noche.
—No en sí es la botánica, son las plantas, la vegetación lo que es importante. ¿Sabéis que la vida del ser humano está íntimamente ligada a las plantas? En todo momento estamos manteniendo contacto con algún producto de origen vegetal.
Le doy un sorbo a mi café.
—Es una buena introdución —digo.
Wesley me mira y sonríe complacido. Estoy segura de que ha tardado diez minutos en pensar eso, yo hubiera hecho un borrador, lo hubiera eliminado, lo hubiera rehecho, y al cuarto intento habría dado con la introducción perfecta.

ESTÁS LEYENDO
El rincón de Millard
Teen FictionSierra Bomer ha abierto un blog. "El rincón de Millard". Un blog anónimo y sin censura. Critica a sus compañeros, da su opinión de los rumores, y desenmascara secretos para hacer justicia. Pero... ¿y si su anonimato deja de existir para el capitán...