Margot y yo somos el tipo de hijas perfectas que salen en anuncios. Supongo que por eso papá confía en dejarnos por las tardes solas en casa. Y que venga Chase, el novio de Margot.
Papá quiere a Chase como podría querer a otro hijo. Le quiere porque estar rodeado de chicas a veces es difícil para él. Margot y yo hemos pasado por muchas cosas desde que mamá se fue, cosas vergonzosas de chicas con las que papá no podía. A si que supongo que quiere a Chase porque con él puede hablar de fútbol, de coches, y contarle chistes de humor masculino sin que Margot y yo le digamos que no lo pillamos. Papá confía en él tanto que le confía a Margot
Creo que yo también quiero a Chase solo porque él quiere a mi hermana. Y es un buen amigo aunque le lleve dos años. Cuando Margot está enferma y papá trabaja, la cuido yo y Chase siempre viene con batidos de chocolate caliente porque son nuestros preferidos.
Y Margot le quiere porque le quiere. Desde pequeños son amigos, y supongo que el roce ha hecho el cariño.
Hasta Taylor lo quiere. Ella es como de la familia, y me imagino que el vínculo que la une con todos nosotros la ha hecho crear otro con Chase.
Estamos en el salón; Margot y Chase están tirados en la alfombra haciendo un trabajo con el ordenador. De repente, Margot se sienta de piernas cruzadas y lee:
—<<Últimamente el rumor de que Kaiden Moore es gay, corre por los pasillos. ¿Quién lo empezó? Chloe Montgomery ¿Porqué? Extrañamente alguien lo puede saber, ¿será solo porque la gusta molestar? ¿Por hacer lo que mejor se la da, hundir a las personas? Ja ja ja. No>> Se pone interante. —Margot hace una breve pausa para dar suspense—. <<Chloe y Kaiden. ¿No quedan muy bien estos dos nombres juntos? Ahora los podréis decir en una misma frase porque recientemente han terminado su secreta relación>> Oh. Dios. Mio. No me esperaba esto, ¡Kaiden tiene un año menos que Chloe!
Presto atención a lo que Margot dice porque es lo que escribí anoche. Taylor lo descubrió porque les escuchó hablar detrás de las gradas después de nuestra clase de gimnasia.
Taylor y yo estamos en el sofá comiendo del bol de palomitas que ha hecho papá antes de irse. Estamos entregadas a la televisión y a comer palomitas de puñado en puñado.
—Pero si te conté que el mes pasado les vi juntos en el centro comercial —replica Chase.
Margot le agita la mano en la cara y se vuelve a tumbar en la alfombra. Por debajo de la manta, Taylor me pellizca el muslo y me atraganto con una palomita. La miro entre tos y tos con cara de ¿Qué haces?
—Ahora es un buen momento para que digas: Eh, yo escribo <<El rincón de Millard>>
Umm. No.
—No.
Margot no es capaz de guardar un secreto. El año pasado, le compré a papá una maqueta de un barco por Navidad y tuvo que poner una cara fingida de sorpresa porque Margot ya le había contado sobre el regalo.
—Sierra, ¿crees que papá me dejará ir con Chase estas Navidades a ver a su abuela?
Sin quitar los ojos de la televisión, me meto otro puñado de palomitas en la boca y unas pocas se me caen al sofá.
—No lo sé, Margot. Eres pequeña todavía.
En un susurro, le dice a Chase.
—Se lo preguntaré en la cena.
La Navidad sin Margot no puede ser lo mismo. Margot alegra la cena contándonos su lista de regalos y siempre termina gritando: ¡Y un CACHORRO! Aunque sabe que podemos tener uno porque papá es alérgico. Si Margot se saltara nuestra cena de Navidad, sería un rollo, y una vergüenza para mi porque tengo dos años más que ella y estaré sola escuchando a papá hablar de lo rica que ha salido la cena.
***
Son las nueve. Taylor y Chase se han ido hace un rato. Papá acaba de llegar y estamos cenando. He tenido que salir a comprar un par de pizzas porque a Margot se le han antojado y las hemos calentado en el horno casi atropelladas con el tiempo para tenerlas listas antes de que llegara papá.
Margot está muy callada, solo ha gimoteado un par de veces para quejarse de que la pizza quema. Tiene dos trozos, uno en cada mano y el queso se le está desparramando.
—Oye papá, ¿puedo ir en noche buena a casa de la abuela de Chase? Me quiere conocer y solo serán dos días.
—¿Dónde es? —la pregunta papá.
—En Kansas City —responde atropelladamente, y rápidamente, añade—: Pero serán solo dos días y te prometo que haré caso a los padres de Chase.
Me quedo con mi trozo de pizza cuatro quesos a mitad de camino de morderlo. Papá se lo está pensando y es un momento crítico para el destino de Margot estas Navidades. Por ella y por lo que quiere, me gustaría que papá la dejara irse; pero si soy egoísta, no quiero que se vaya y que seamos solo papá y yo. ¡Se romperá la tradición!
—Tendré que hablar con sus padres, Margot. Kansas City no es irse al centro de la ciudad, estarás a tres horas.
Margot saca una sonrisa y me mira haciendo un gesto de ganadora. Quiero mucho a Chase, pero no puedo evitar pensar que se está llevando a Margot poco a poco, y eso es triste porque desde que mamá no está, solo somos Margot, papá y yo. O éramos solo Margot, papá y yo.

ESTÁS LEYENDO
El rincón de Millard
Novela JuvenilSierra Bomer ha abierto un blog. "El rincón de Millard". Un blog anónimo y sin censura. Critica a sus compañeros, da su opinión de los rumores, y desenmascara secretos para hacer justicia. Pero... ¿y si su anonimato deja de existir para el capitán...