Cuando me despierto por la mañana no puedo creer todavía que Noah y yo volvamos a ser pareja. Anoche me preguntó si quería que nos llevara a Margot y a mí a clase, pero ya le había prometido a Taylor que iría con ella y la contaría todo. Margot, de todas formas, se va con Chase en el autobús escolar.
—No me creo que le hayas profesado tu amor —comenta Taylor mientras sujeta un bolígrafo entre los dientes. Está organizando su estuche y pegando los bloques de post-its por colores en la tapa de su archivador. Acelero para salir de un semáforo y grita—: ¡Oh, mira a Noah!
Observo por el espejo retrovisor el coche de Noah detrás de nosotras.
—No es que haya ido a su casa con una carta de amor y explicándole que me gustan sus ojos y cómo brillan cuando me mira, o que me encanta lo ancha que tiene la espalda, o su pelo rizado y oscuro. O que simplemente me tiemblan las piernas cuando me sonríe. Sólo le dije que estaba enamorada de él.
—¿Sabes la definición de profesar?
—La sé. Tú has sonado como si insinuaras que fui con un corazón enorme de cartón y gritando por las calles lo mucho que lo quiero.
Taylor tira de la cremallera de su estuche y lo lanza en su mochila.
—No es así —dice.
—Lo es.
Sigo viendo el coche de Noah detrás de nosotras mientras busco aparcamiento lo más alejado del instituto. Aquí siempre hay demasiados sitios libres y yo necesito mucho espacio para aparcar tranquila. Cuando me saqué el carné de conducir golpeé todos los conos aparcando en paralelo y solo uno aparcando hacia atrás. Por eso papá pensó que sería mejor si me compraba un coche con sensores. En cuanto aparco, Noah pone su coche al lado del mío y me lo encuentro mientras saco mi mochila del maletero.
—Podría haberos traído —dice, y por detrás de él sale Lucas—. Hemos ido a desayunar por ahí.
—Te dije que ya había quedado con Taylor —canturreo.
El coche negro con las llantas fucsias de Nora pasa por nuestro lado. Está lleno de chicas y puedo ver a Chloe inclinarse sobre los asientos traseros y mirarnos a Noah y a mí. Luego la veo decir algo dentro del coche y todas nos miran a la vez. Eso me atemoriza.
—Vayamos a clase. El toque de queda va a sonar ya —dice Noah, rodeando mis hombros con su brazo, se inclina y me da un beso.
En el camino a mi taquilla, puedo sentir como todo el mundo nos mira y cuchichea. Hay dos chicas que caminan detrás de nosotros y escucho como una pregunta la otra que cómo alguien tan popular como Noah se ha podido enamorar de alguien como yo. Se saben mi nombre sólo porque está escrito varias veces junto al nombre de Noah en el blog, sino, para muchos, seguiría siendo la chica sin nombre con la que Noah salía. Intento despejar mis pensamientos y las miles de preguntas que tengo. En realidad, yo tampoco sé por qué Noah se ha enamorado de mí.
Estoy abriendo mi taquilla y cuando termino de dejar algunos libros y cierro la puerta, Noah se vuelve a inclinar y me da otro beso.
—Tengo que ir a los vestuarios a revisar que todo esté en orden. —Tintinea una llave delante de mi cara y se la guarda en el bolsillo—. Nos vemos luego.
Se desliza por una esquina del pasillo y le pierdo de vista, entonces Taylor y yo caminamos hacia nuestra clase. Cada vez me voy encogiendo más y más. Otro grupo de chicos se estaba preguntado si había sido de verdad Noah Müller el que escribió en el blog, no se lo creen y discrepan de que quien escriba el blog se ha hecho pasar por él. Y que en caso de que fuera Noah de verdad, seguro que lo había hecho público para llamar más la atención.
***
Después de las primeras clases no soporto la intriga ni los comentarios. Creo que ya no me soporto. Le envío un texto a Noah para encontrarnos durante el descanso, no le digo que es porque estoy hecha un lío, pero sí que quiero que estemos solos.
Me topo con Freya al girar en un pasillo. Caminamos en direcciones opuestas y dudo entre si saludarla o no cuando estamos cerca, pero cambia de dirección y camina a mi lado. Temo si esto es una estrategia para hacerme algo en el camino. Freya siempre ha tenido un lado oscuro, aunque ahora lo esté guardando porque está enamorada, siempre la quedará ese algo maligno.
—¿Qué tal estás, Bomer?
—Bien, supongo, ¿y tú?
Me agarra del brazo y me frena en mitad de un pasillo desierto cerca de conserjería, por lo menos si grito me escucharán.
—Podría alargar está conversación un largo rato, pero tengo que ir con el equipo a comer. Sólo quiero pedirte perdón, otra vez. Leí lo que escribió Noah en el blog y no quiero ser la zorra de la película que te hace la vida imposible —dice y después se ríe—: Creo que esa era yo hace años, Chloe me ha quitado el puesto.
Agito la cabeza como si me diera igual.
—Ya te disculpaste una vez y me pareció bien después de todo —le digo siguiendo mi paso.
Me parece genial que me pida perdón de nuevo, creo que después de soltar el rumor de unos piojos falsos, disculparse varias veces es lo menos que puede hacer.
—¿Sabías que cuando éramos amigas eras la mejor de todas? —Aprieto los labios para no decir nada grosero. Freya me sigue aún cuando giro de nuevo y vemos a Noah delante de los vestuarios de chicos—. Siempre pensé que eras la única en la que podía confiar, por eso cuando te besaste con Noah me sentí tan mal que hice todo lo que hice. Me gustaba y aun así lo besaste. Me llegué a sentir muy sola entonces.
Pienso que hablar de todo eso ya no importa. Ella también sabía que Noah me gustaba, y posiblemente más que a ella, sólo fue un juego que organizó. Además, Freya logró salir con Noah y una reputación envidiable, yo solo un beso mal dado.
Los padres de Freya me caían bien, pero pasaban poco tiempo en casa y por eso la invitaba a jugar en casa con mi set de cocina y con un juego de merienda del té. Había noches en las que hacía un berrinche porque no quería volver a su casa a dormir, yo convencía a papá de que se quedara con nosotros porque me daba algo de pena saber que desayunaba muchas veces sola con la mujer que la atendía en casa.
Toma una respiración y saca un bolígrafo y un trozo de papel de la esquina de uno de sus cuadernos. Sin dejar de caminar apunta algo.
—Los chicos no valen más que una amistad. —Destapa su bolígrafo y anota un número de teléfono. Luego me entrega el papel y tapa se echa el bolígrafo a la mochila—. Me gustaría que me llamaras algún día para salir a tomar algo. Con Taylor o... una cita doble. No sé, piénsalo.
Estoy estupefacta cuando freno delante de Noah y ella sigue de largo.
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El rincón de Millard
Genç KurguSierra Bomer ha abierto un blog. "El rincón de Millard". Un blog anónimo y sin censura. Critica a sus compañeros, da su opinión de los rumores, y desenmascara secretos para hacer justicia. Pero... ¿y si su anonimato deja de existir para el capitán...