Durante el desayuno que estoy tomando con Taylor en el centro comercial, Margot me llama para avisarme de que está con Chase en el taller, ayudando a papá con no sé qué cosas, y que pase a por ellos dos cuando vuelva a casa a la hora de comer. No hay nada preparado, tenía pensado hacerme un sándwich de tortilla mientras veía algo en Netflix.
Despedazo las tostadas con tomate, y las dejo a un lado del gran plato que me han traído hasta con el vaso del café encima. Taylor se ha pedido una tarta de chocolate que tiene una pinta deliciosa.
—¿No has vuelto a hablar con Wesley?
Agito la cabeza y le doy un sorbo al café.
—No. Y sé que no debería sentirme mal, ha sido su culpa todo lo que ha pasado... aunque la mía un poco también. Siento que si no hubiera ayudado a Noah nunca me hubiera vuelto a gustar, y entonces Wesley no se hubiera sentido como un tonto porque yo no sabía qué hacer.
Taylor me mira y suelta el tenedor con la boca medio abierta. Me está dando su mirada de: <<¿Me estás fastidiando?>>
—¿Te quedas conmigo? Si una persona te gusta no vas por ahí besando a otras y fingiendo que nada pasa, Sierra.
Me meto un trozo de tostada con tomate en la boca, y mastico lentamente. ¿Y si Noah no hubiera tardando tanto en escribir en el blog? Tal vez hubiéramos dejado de hablarnos y estaría con Wes.
—Lo sé, lo sé —digo rápidamente—. Es sólo que aún así, Wesley nos conoce de hace taaaaantos años... me da pena que todo se haya ido a la borda por lo que ha pasado.
—Yo no creo que haya pasado nada —Taylor se traga su trozo de tarta y entre tos y tos y un poco de café, pregunta—: ¿Pero tú estás bien con Noah? Es decir, ¿te sientes bien con él?
Tampoco me lo tengo que pensar mucho. Es Noah Müller.
—Sí. ¿Por qué lo preguntas?
—A ver. —Empuja el plato sobre la pequeña mesa verde y redonda, y se hace hueco para entrelazar las manos y apoyarse con cara de detective privado súper caro—. Dime cosas buenas que Noah haga contigo. ¿Y qué sientes?
Tampoco me lo tengo que pensar mucho. Sigue siendo Noah Müller, y recuerdo perfectamente el niño del que estuve enamorada con el Noah de ahora, con el que estoy consiguiendo salir. Hace bastantes cosas bien, no todas por mucho que crea que es perfecto.
—Pues... es Noah. Es divertido y me hace reír. Y tiene más tema de conversación que sólo los deportes, como el otro día mientras cenábamos, que estuvimos hablando del calentamiento global y de Chernóbyl. —Miro a los lados, y bajo la voz. Estoy hablando tan alto que si tuviera a alguien del instituto detrás, me moriría—. Y por raro que parezca, es bastante cariñoso y eso me gusta. Pensaba que salir con alguien no era tan... no lo sé, que no se sentía tan bien. Lo hace tanta gente, ya sabes, salir, y lo pintan como algo tan monótono que hasta parece de lo más normal. —Giro la taza con el asa, y miro a Taylor, que está tan centrada en lo que la digo que no se entera de que el chocolate de su tarta se está volviendo más líquido que el café—. Me siento bien, en realidad más de lo que pensaba. Tenía idea de que salir con Noah iba a ser algo para dejar a Wes de lado, pero no es así.
Taylor mantiene durante unos segundos los ojos entrecerrados mientras sube y baja la cabeza lentamente. Podría decir que se la están colocando las ideas.
—¡Definitivamente estás loca por Noah!
—¡Shhh!
Nos reímos bajo el ruido del resto de la cafetería. De repente, por la puerta entra Paul, y me sonríe en cuanto me ve agitando la mano en el aire. Taylor se gira y le sonreímos. Sigue de largo hasta la fila de cuatro personas que hay frente al mostrador, y le doy un sorbo largo a mi café. Paul, para ser alguien a quien no conozco mucho, sé que es bastante agradable estar con él.

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El rincón de Millard
Novela JuvenilSierra Bomer ha abierto un blog. "El rincón de Millard". Un blog anónimo y sin censura. Critica a sus compañeros, da su opinión de los rumores, y desenmascara secretos para hacer justicia. Pero... ¿y si su anonimato deja de existir para el capitán...