El rincón de Millard

Prólogo

Cuando iba a cuarto grado conocí a Freya Russet y me hice su amiga. Lo fuimos hasta que en sexto corrió el rumor de que me había cortado el pelo porque tenía piojos. ¡Ni siquiera me lo corté a cero, fue a la altura de la barbilla y porque quería hacerlo! Todo lo dijo porque Noah Müller me había besado jugando a la botella. 

Noah era el crush de las dos, y después de aquello ni siquiera me miraba por los pasillos o en clase de matemáticas que se sentaba a mi lado. Freya consiguió salir con él, pero la gustan los chicos mayores y duraron una semana. 

En octavo, una cuarta parte de los estudiantes ya comíamos al lado de los basureros del comedor por culpa de Freya y de sus amigas. Y abrí el blog "El rincón de Millard" para quejarme de todo. En un principio solo era para dar mi opinión sobre lo que pasaba dentro del instituto Millard, pero descubrí la mentira de un rumor, y lo subí. El blog se convirtió en un espacio de justicia y es así hasta ahora. 

Ese mismo año conocí a una chica nueva, Taylor Castro y desde entonces somos amigas. Taylor es la única que sabe que yo escribo "El rincón de Millard". 

En teoría, el blog es para desfogarme y dar mi opinión; pero desmiento rumores y hago que chicos no tengan que volver a comer en el baño escondidos de Freya el Tormento. Por eso me gusta mi anonimato, lo último que quiero es que Freya y su grupo de granos en el culo estén encima de mi por publicar sus mentiras en un blog. Es anónimo, y así debe seguir.