Los días habían pasado sin que ninguno tuviera noticias del otro, tenía claro que el primer paso debía darlo yo, pero no sabía que iba a decirle. La había visto y había sido una tortura. Ambos estábamos muy pendientes de nuestra nueva empresa y sólo hablábamos de cosas de trabajo.
Cada noche salía con los chicos y rechazaba una a una a toda mujer que se me acercara. Ethan y Elliot habían dejado de preguntar. Se habían cansado de mis gruñidos y mis silencios.
En mi cabeza daba vueltas una y otra vez a la última conversación que tuve con Ana.
La echaba más de menos de lo que me atrevía a reconocer. En mi mente me anima para ponerle fin a nuestra relación. Pero flaqueaba a cada momento y me plantaba en la puerta de su edificio para volverme a arrepentir y volver a casa.Cuánto peor iba mi vida sentimental, mejor iban mi negocios. Pasaba el día en la oficina. El adicto al trabajo había vuelto más feroz y despiadado que nunca.
Mi hermano entra por la puerta y lo descuartizo con una mirada.—Esto ya es el colmo.—gruño dando un golpe en la mesa. Él me ignora y se sienta en uno de mis sillones.
—Hola, hermano.—dice tomando asiento en uno de los sofás frente a mi escritorio.—Esta noche salimos.—levanto una ceja.—Mia inaugura un nuevo restaurante en en la afueras y nos a invitado.—pongo mi mejor cara de póker.
—Está noche he quedado.—frunce los labios molesto.
—Mira, me estás cabreando con esta actitud tuya. Soy tu hermano, joder. ¿Acaso no confías en mí para decirme que te tiene así?—golpeo la mesa.
—¿Así cómo, Elliot?—estallo.
—Pensaba que después de todo lo que hemos pasado juntos, tenía la confianza de mi hermano para poder ayudarlo cuándo se nota que está echo una verdadera mierda?—dice entre dientes y yo miro hacia el lado abatido.
¿Para que negarlo?—Yo...prometí que respetaría su intimidad.—le digo esperando que lo entienda.
—Vale, no quiero saber su nombre, tan solo lo que te tiene así.—le miro y suelto de mala gana la pluma de mi mano.
—Pues no lo sé, Elliot.—suspiro.—No sé cómo mierda me he visto envuelto en esto, y los peor es que no sé cómo salir.—ladea un poco la cabeza suavizando su mirada.—Sé que ella me gusta, que con ella me siento bien, y que me gusta tenerla en mi vida, pero, ¿hasta cuando? Las mujeres tienen fecha de caducidad para hombres como nosotros.—frunce el ceño molesto.
—Eso es por que nunca te has enamorado. ¿Acaso no has sido testigo de lo feliz que mamá era con tu padre?—frunzo el ceño al mirarle.
—¿Y como son ahora las cosas?—el abre la boca para hablar pero le callo.
—No quiero hablar de eso, Elliot.—él asiente y se acaricia la barbilla con la mano. Un gesto muy suyo cuando algo le incomoda. El tema de nuestros padres es algo que jamás tocamos.—Vale, pero te diré una cosa. Tú nunca te has achantado ante nada, siempre has sido valiente, un guerrero, un hombre que sabe bien que es lo que quiere. Mientras tú estás aquí decidiéndote, otro está comiendo terreno en tu lugar.—aprieto los puños al recordar al granjero.—¿Vas a dejarla escapar? Si no sale bien, pues nada, por lo menos lo has intentado, pero, ¿y vivir toda la vida pensando el que pudo y no fue?—aprieto los labios y miro hacia el lado.
—No es tan fácil. Ella lo tiene todo muy decidido. Y, sé que es una mujer orgullosa que no olvidará tan fácilmente mi rechazo.—aprieta los labios.
—Los tiene bien puestos.—comenta encantado.—Me gusta para ti.—sonrío.
Y a mí también.
—¿Comemos?—pregunta dando por terminada la conversación.
Asiento.
Si hay una persona en el mundo a la que admiro más que nada, es mi hermano. Ambos emprendimos un camino solos desde muy jóvenes. Sin más ayuda y apoyo que el de nosotros mismos. Poco después se nos unió Ethan y hasta ahora hemos sido el trío de los Jonas Brothers.
ESTÁS LEYENDO
Negocios de amor
FanfictionAcostumbrado a hacer lo que él quiera, nunca había oído un "no" por respuesta. El empresario más joven y exitoso de los Estados Unidos encuentra el amor entre negocios, secretos, y ambición convirtiéndose en una peligrosa obsesión. Los personajes pe...