Noches frias, visitas calientes.

7.4K 493 15
                                    

Jason abre la puerta del coche y me bajo en la acera de las oficinas de Lincoln, Corp.
Aprieto con fuerza mi maletín y subo con decisión hacia su oficina.
Su secretaria me dedica un mirada coqueta y me pide amable que espere ofreciéndome solícita algo para tomar o a ella misma si así yo lo quisiera.
Niego.
Tomo asiento y miro el reloj. No estaré aquí más de cinco minutos.
Saco mi móvil y compruebo otra vez que no tengo ningún mensaje de ella.
La invitaría a comer, pero creo que es ella quien debe dar el siguiente paso.
Momentos después la secretaria me indica que puedo pasar. Vuelvo a mirar mi reloj.
Dos minutos. Bien.
Cojo mi maletín y ando por el pasillo que da a la oficina de Lincoln y me encuentro de frente con ella.
Con Anastasia.
Anda hacia mí con decisión, sus pasos firmes resuena con fuerza en esos altísimos tacones grises. Perfectamente vestida con una falsa de tubo gris marengo y una camisa entallada celeste. El pelo suelto en ondas y suavemente maquillada.

—Señor Grey.—me saluda sin inmutarse.
¿Cómo se ha enterado ella de que Lincoln está en quiebra?

—Señorita Steele.—le devuelvo el saludo con el mismo tono y sigo adelante sin mirar atrás. Sé que ella tampoco se a vuelto a mirarme. Anastasia es demasiado profesional.
Entro en la oficina de Stuard y rápidamente se pone de pie para estrecharme la mano.

—Me alegro de verte, Grey.—le estrecho la mano con fuerza.

—Igualmente, Stuard.—me ofrece asiento en un sillón frente a su mesa.

—¿Quieres algo de beber?—asiento.—¿Bourbon?—eso me recuerda a Anastasia. Miro la bandeja del mini-bar y no veo ningún vaso usado. ¿Ha rechazado la copa? ¿O es que Lincoln no le ha ofrecido una?
Niego.

—Agua, por favor.—no son ni las once de la mañana.
Pone un vaso frente a mí y el toma asiento tras su mesa con un vaso de whisky.
—Creo que sabes por qué estoy aquí.—el me mira atentamente.—Ha llegado a mis oídos que estás teniendo problemas y me gustaría hacerme cargo de tu empresa antes que de la vendas al mejor postor por menos de lo que vale.—regla número un cuando adquieres una empresa en quiebra. No les dejes ver que estás aquí por que son unos ineptos que no han sabido llevar su negocio.—Te ofrezco una buena suma por ella, Stuard.—le paso un papel con la cifra.— Sé que tiene mucho potencial. Y además te ofrezco una cooperación del tres por ciento de las ganancias como pre-jubilación.—sonríe arrogante y se inclina en su silla.

—Es una buena oferta, Grey. La mejor que me vayan a hacer.—sonrío brevemente con cortesía.—Acepto.—se pone de pie y me estrecha la mano.
Saco el contrato de mi maletín y se lo tiendo. Él se sienta y llama a su abogado. Se vuelve a reclinar y vuelve a beber de su copa.
—Las cosas de la vida, Grey.—se lamenta.—Un día eres un empresario próspero y al siguiente ya te quedas sin ideas.—lo que eres es un inepto.—Por lo menos me queda el saber que dejo mi empresa en buenas manos.—dice y asiento con una breve sonrisa agradecida.—Supongo que te habrás cruzado con Anastasia Steele a la entrada.—me tenso de golpe.
—También me ha echo una oferta. Dios, esa mujer está para para mojar pan.—se ríe y yo rechino los dientes.—No me malinterpretes, pero las mujeres y los negocios no van de la mano. Si al menos hubiese acompañado su oferta con una mamada me lo hubiera pensado.—aprieto los puños viéndolo todo rojo. Una ira terrorífica me recorre el cuerpo haciendo que me hierva la sangre.—Esa mujer sí que tiene un buen culo, Grey.—se ríe.
—Como una nectarina.—me pongo de pie inmediatamente de un salto y le quito el contrato de las manos.
Él me mira con los ojos muy abiertos.

—No haré ninguna clase de negocios con una persona como usted.—cojo mi maletín.

—P...Pero, Grey. ¿Qué demonios te pasa?—grita.

Salgo del edificio como alma que lleva el diablo y Taylor me abre la puerta del coche sin mencionar una palabra.
Saco el móvil y escribo un Tweet.
Si Lincoln piensa que está acabado que espere a ver. La próxima vez que se lo piense mejor antes de meterse con mi mujer.

Negocios de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora