El trabajo se amontonaba en mi mesa. Tenía muchos negocios, en todas las ramas. Da igual lo que tuviera que vender, yo absorbía la empresa y la hacia un éxito.
Tenía gente muy cualificada para cada tarea y siempre me aseguraba de que fuesen los mejores. Pero yo tenía que controlarlo todo. Había días que no salía de mi despacho. Días que llegaba al alba y me iba al anochecer. Días que no despegaba la vista de la pantalla de ordenador. Tenía la vista de un lince para los negocios, el olfato de un perro para los mejores activos, y la frialdad de un tiburón para atacar a mis presas sin miramientos. Si yo decía algo eso iba a misa. Tenía talento, pero también me había echo con mucho poder. Pero eso tenía un precio. No podía dejar nada a nadie porque por muy buenos que fueran, yo era mejor. Mi visto bueno lo era todo.
Mi teléfono sonó.—Dime, Ethan.
—¿Que tal, bro? Oye, te tengo uno de los buenos.—y el tenía toda mi atención.
—Stuart Lincoln está en banca rota.
Me erguí en mi silla.—¿Es fiable la fuente?—pregunto.
—No te lo diría si no estuviera seguro.—lo sabía. Pero debía cerciorarme.—Al parecer desde el divorcio con su mujer ha desperdigado dinero a manos llenas en mujeres, alcohol, y viajes de lujo.
—Vaya un incompetente. Pero eso me viene bien. Me reuniré con él en cuánto tenga un hueco. Gracias por la información, tío. Te debo una.—el ríe.
—Ya me la cobraré.—sonrío.—¿Oye? No hemos podido hablar desde la otra noche. Te fuiste muy pronto.—dice con ese deje de sospecha.—Anastasia también.—lo deja caer. Es mi mejor amigo, más que eso, él y Elliot son mi familia, nunca les he mentido. Pero le prometí a Anastasia que esto sería entre nosotros.
—Pues de ella no sé nada. Yo me fui, estaba cansado y no había nada que me interesara.—mentira. Ella, Anastasia tenía toda mi atención.
—Pues pensé que por cómo la mirabas, te la habrías follado.—gruño.
—No hables así de ella. Ella no es una cualquiera, y no, no me la he follado.—me enciende que hablen así de ella.
—Vale. Cálmate, energúmeno.—bromea.—¿La salida en tu yate sigue en pie?—otra oportunidad de verla. Sin querer mi tensión de evapora.—Elliot llevará a Kate y Mía ha dicho que viene. Solo faltan por conformar tú y la señorita piernas largas.
Me muerdo el labio para no gritarle algo por que ya sería muy evidente mi interés por ella.—Sí, contad conmigo. De todas formas si yo no voy no sé en qué yate ibais a ir.—se ríe.
—Es verdad. Esta noche iremos al Atlas. Allí confirmamos los detalles.
—Tengo mucho trabajo, Ethan. Lo dejamos para otro día.
—Pues nos vemos el viernes, Christian.
—Vale. Hasta luego.
Cuelgo la llamada y me reclino en mi silla mirando el día desde los ventanales de mi despacho.
Anastasia.
Descuelgo el teléfono y la llamo.
¿Qué estás haciendo?—Steele.—su voz me llega firme y poderosa incluso a través de la línea.
—Hola, Anastasia.—se hace el silencio.
—Christian. ¿Cómo has conseguido mi...?—se calla.
No hay nada que yo no pueda conseguir.—Tengo mis métodos.—escucho su sonrisa a través de la línea.—Acabo de tener un respiro de trabajo e iba a ir a almorzar. ¿Te apetece venir?—en la línea se hace el silencio de nuevo.—Si quieres pagas tú.—se ríe.
—Está bien.—dice por fin.—¿Nos vemos en Dorian's en quince minutos?—pregunta.
—Perfecto.—cuelga.
Me levanto con una euforia muy poco propia de mí. Y me pongo la chaqueta. Cojo mi cartera y salgo de mi oficina.
Andrea y Olivia se ponen de pie.
ESTÁS LEYENDO
Negocios de amor
FanfictionAcostumbrado a hacer lo que él quiera, nunca había oído un "no" por respuesta. El empresario más joven y exitoso de los Estados Unidos encuentra el amor entre negocios, secretos, y ambición convirtiéndose en una peligrosa obsesión. Los personajes pe...