Al cuadrado.

6.8K 471 14
                                    

                        Anastasia.

Sawyer abre la puerta de Christian y este rodea el coche para abrir la mía.
Una comida asiática y maravillosa nos esperaba en el local de mi amigo Eric y la buena compañía de nuestros amigos.
El frío empieza a caer con más fuerza mientras el sol despunta el día.
Christian rodea mis hombros y me acaricia el brazo dándome calor mientras entramos en el restaurante.
Está guapísimo vestido informal. Lleva unos vaqueros que le hacen un culo increíble y una camisa blanca entallada que marca todos y cada uno de sus músculos bajo una americana negra que le queda como un guante. El olor de su evocador perfume me llega con sutileza cada vez que se mueve a mi lado y contengo las ganas de lanzarme hacia él follármelo, devorarlo y quitarle la ropa a tirones y obviamente no en ese orden.

Mia y Ethan estan ya en la barra degustando una copa de vino.
Gruño en el acto y Christian me mira.

—No puedo beber.—sonríe con cariño.—A ver como lo disimulo hasta que pueda decirlo.—le digo.

—Lo decimos ya.—dice emocionado.—Yo estoy deseando hacerlo.—sonrío.

—No, Kate me mataría.—se ríe.
Mia me abre los brazos.

—Hola, Ana.—la atraigo hacia mí con fuerza.

—Hola, pastelillo.—se ríe.
Le doy un beso a Ethan.

—Hola, chica.—me da un suave apretón en el brazo.—¿Te has pensado mejor lo de la boda?—bromea.—Mira que aquí mi amigo ronca que da gusto.—me río.

—Oye.—gruñe Christian.—No abras el cajón de mierdas que yo también puedo destapar tus oscuros secretos.—Ethan pone cara de horror.

—Es un grandísimo hombre, Anastasia. El mejor, cásate ya con él.—me dice rápidamente haciéndome reír aún más.

—Buen chico.—le dice Christian claramente encantado con la broma.

—Elliot y Kate aún no han llegado.—nos dice Ethan mientras le hace una seña al camarero.—Tomaremos algo aquí de mientras. ¿Vino, Anastasia?—me tenso.

—Eh...

—Vino, Ethan.—dice Mia.
Sabía que esto pasaría.
—Ana es una fanática de los vinos.—sonrío tensa.

—Si, bueno, pero voy a esperar a la cena. Solo quiero agua, por favor.—Mia me mira como si me hubiesen salido dos cabezas pero decide dejarlo estar.

—Vale, colega, ¿tú quieres vino o cerveza?—le dice a Christian.
Respiro hondo.
Me apetece una copa de vino.
Solo una. Lloriqueo.

—Vino.—me cabreo aún más.

—Tía, ¿estas bien?—me dice Mia acercándose a mi.
Sonrío tensa.

—Sí. Claro.—la tranquilizo.—Oye estás fantástica.—lleva un bonito vestido de cóctel negro cogido al cuello.
Sonríe radiante.

—Gracias. Es agradable quitarse el mandil y el gorro de cocina de vez en cuando para recordar que soy una mujer.—me río.—Tú también estás genial. Pero vamos, como siempre.—sonrío agradecida.—Este vestido de sienta de maravilla, Ana.
Llevo un Valentino azul marino de seda entallado hasta medio muslo con unos finos tirantes. Realza mis curvas y la suavidad de la tela me acaricia la piel dándole un toque lujoso.
La mano de Christian se posa en mi cintura y me pasa mi copa "de agua" luego se gira para hablar con Ethan.

—Se te ve muy feliz, Ana.—me dice mi amiga.
Sonrío.

—Lo soy.—afirmo.—Tú y Ethan...¿Mejor?—asiente emocionada.

Negocios de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora