Salí de la biblioteca. Había pasado un par de horas allí dentro mientras Axel trabajaba; sentí la vista cansada de tanto leer y opté por bajar a la cocina y tomarme un descanso. Y, ya de paso, tomarme un zumo.
Mi cuerpo se congeló al final de las escaleras cuando divisé a un chico desconocido en medio se la sala. Era alto, delgaducho, y de pelo castaño. El chico notó mi presencia y sonrió.
-Hola. -Saludó amable.
-¿Quién eres tú? -Pregunté con desconfianza.
-¡Oh! -Se avergonzó. -Disculpa. Soy Jeremy, el hijo de...
-Ah, sí. El hijo de Rose. -Sonreí tras conocer su identidad. -Soy Alessa. -Alcé mi mano para saludarle.
-Mi madre me ha hablado mucho de ti. -Respondió estrechando mi mano.
-Espero que te haya contado cosas buenas. -Sonreí y me encaminé a la cocina para aplacar mi sed.
-Por supuesto que le he contado cosas buenas. -Habló una Rose sonriente que hacía algo que tenía que ver con la repostería. -¿Qué clase de persona crees que soy? -Dijo con una ceja en alto.
Aprecié que su color de pelo era rojo caoba. Por fin se había quitado ese tono rosa que llamaba la atención de todos.
-Era solo una broma, Rose. -Le sonreí y busqué algún zumo en la nevera. -¿Qué estás haciendo? -Pregunté sirviéndome un vaso con zumo de piña y uva.
-¿Qué? -Se sorprendió. -Pues... esto es... eeeh, esto es para... -Parecía nerviosa.
-Para mí. -Intervino Jeremy. -Me apetecía mucho comer un postre casero, así que... -Dudó unos segundos -le... le pedí que lo hiciera.
El nerviosismo de ambos me pareció extraño, pero no dije nada. Asentí y bebí el resto del líquido que contenía el vaso.
-En fin, voy a darme una ducha. -Informé, saliendo de la cocina.
Entré al baño del dormitorio y disfruté del agua tibia cayendo por mi cuerpo. Ya no hacía tanto calor como hace un par de meses atrás, pero aún hacía suficiente como para acalorarse un poco.
Dejé que mi cabello se secara por sí solo y me enfundé en un vestido turquesa. Me vestí rápido porque sabía él que llegaría en cualquier momento y tenía muchas ganas de verle. Habíamos pasado los dos últimos días dentro de una burbuja de felicidad que nosotros mismos creamos. Llena de caricias, miradas furtivas, besos húmedos...
Bajé las escaleras a toda velocidad cuando escuché el sonido de la puerta principal cerrarse, pero frené en seco al bajar los últimos peldaños, ya que aún me avergonzaba mostrar ese sentimiento de emoción que me recorría al verle.
Sus ojos verdes me observaron unos segundos y una sonrisa se formó en su boca. Se acercó a mí a paso rápido, sujetó mi rostro con sus manos y me besó con ansias.
-Hola. -Susurró apoyando su frente en la mía. Sonreí.
-Hola. -Respondí sonrojada. Aún no podía creer que Axel correspondiera a mis sentimientos.
Sin soltar mis mejillas, dejó unos cuantos besos cariñosamente sobre mis labios.
-¡Oh! ¡Me encanta que por fin hayáis reconocido que os gustáis! -Interrumpió Rose, con las manos entrelazadas a un lado de su cara y mirada risueña.
Axel se apartó de mí en un movimiento rápido y miró hacia otro lado, divisé un color rosado en sus mejillas pero sólo durante un segundo. Se aclaró la garganta.
-Y a mí me encanta que te hayas quitado ese color espantoso que tenías en el pelo. -Atacó sonriendo con malicia.
-¡Esos modales, señor! -Repcochó Rose con un dedo en alto. -O tendré que lavarle la boca con jabón. -Entrecerró sus ojos.
![](https://img.wattpad.com/cover/169871894-288-k991041.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Nada más importa (Libro #1)
Ficțiune adolescenți¡Historia ganadora en los Ficti-loveawards2020! Alessa es una chica de veinte años que una noche se escapa del internado en el que está obligada a vivir. Pero sus planes no salen como espera porque ese mismo día es secuestrada por un hombre que tien...