Me las apañé para morder la mano de ese desgraciado. Me soltó a la par que gritó de dolor, fue ahí donde empecé a correr con el corazón queriendo salir de mi boca.
-¡Socorro! -Grité, pero antes de que pudiera salir de aquel callejón la mano del rapado se aferró en mi cabello.
-¡¿A dónde mierda crees que vas?! -Dijo estampando mi cara contra la pared fuertemente. Mi frente chocó con fuerza y me mareé.
-¡Por favor, dejadme en paz! -Supliqué llorando. Su mano en mi cabeza aplastaba mi mejilla contra la pared con violencia. -No os he hecho nada, por favor. -Estaba muerta de miedo. Sabía que no correría la misma suerte que con Drew y eso me atemorizaba más.
-Que te lo has creído, zorra. -Habló el rubio, posicionándose a nuestro lado y mirándome a la cara.
-Por favor... -volví a suplicar mirando a los ojos del rubio, esperaba que sintiera compasión -soltadme.
-Sí, por favor. Soltadla. -Una tercera voz se hizo presente.
Ambos giraron sus cabezas en dirección a la voz.
-¡Métete en tus cosas, imbécil! -Bramó el rapado.
Ágilmente, el chico que había hablado de pelo corto negro, se abalanzó sobre el rubio tirándole al suelo. Se subió encima de él y comenzó a asestarle puñetazos en la cara. Forcejeé para que el malnacido que me retenía me soltara, pero lo único que hizo fue aplastarme más contra la pared mientras arrastraba mi cara por ella en un intento de sacarme de allí. El chico de cabello oscuro golpeó una última vez al rubio y se levantó veloz, andando a paso rápido en nuestra dirección. El tipo rapado me soltó para intentar huir, pero el desconocido fue más rápido y le atrapó. Le estampó la cara en la pared como había hecho conmigo, solo que él, tomándolo del cuello, hizo chocar su cara repetidas veces contra la pared. Cada vez más fuerte hasta dejarle inconsciente.
Yo estaba tan conmocionada que apenas parpadeé. Cuando dejó caer al rapado, desplomándose en el suelo, se acercó a mí con gesto de preocupación.
-¿Estás bien? -Intentó poner una mano sobre mi hombro, pero me aparte bruscamente. Asentí. -Me llamo James.
-A-alessa. -Logré decir.
-¿Estarás bien si me marcho? -Su preocupación por mí aún estaba presente en su rostro.
Por un momento creí conocerle, pero enseguida descarté esa idea. Seguramente se parecía a alguien.
-S-sí. -Asentí sintiendo mis brazos temblar.
-Vale. Un placer conocerte, Alessa. -Sonrió y se marchó por donde había llegado.
Miré rápidamente a los dos agresores que en el suelo se encontraban. El rubio parecía que iba a levantarse enseguida y el rapado no se movía, entonces salí de allí lo más rápido que pude para no tentar a mi suerte.
Llegué al coche de Axel con la respiración tan agitada que creí que los pulmones me saldrían por la boca. Axel caminaba tranquilamente con los libros en una mano y su smartphone en la otra, hablando con alguien por teléfono. Cuando me vio, colgó la llamada sin esperar la respuesta del otro lado, dejó caer los libros al suelo y corrió hasta mí.
-¡¿Qué ha pasado?! -Gritó iracundo.
"¿Cómo puede saber que me ha pasado algo? Cierto, no me he limpiado la cara después de llorar".
-¡Estás sangrando, joder! -Con la manga de su camisa limpió la sangre que caía desde mi frente. Estaba tan asustada que no me fijé en que el rapado me había hecho una herida estampándome contra la pared. -¡¿Qué ha pasado?! -Repitió.

ESTÁS LEYENDO
Nada más importa (Libro #1)
Ficção Adolescente¡Historia ganadora en los Ficti-loveawards2020! Alessa es una chica de veinte años que una noche se escapa del internado en el que está obligada a vivir. Pero sus planes no salen como espera porque ese mismo día es secuestrada por un hombre que tien...