Pasaron unos días desde que vimos el incidente en televisión...
Tanto mis compañeros de clase como los demás estudiantes del campus me miraban al pasar por su lado, pero ninguno me decía nada. Sólo cuchicheaban entre ellos echándome miradas curiosas.
La única persona que me preguntó fue Masie, le conté lo sucedido aquella noche en la discoteca y se sorprendió. Sin embargo, se sorprendió aún más cuando descubrió que Axel Evans era mi novio. James no había aparecido por clase esos días, pero imaginaba que haría igual que Masie y me preguntaría por lo ocurrido, si es que vio la noticia.
Ya era viernes.
Axel me acababa de despertar y yo estaba feliz porque siempre me despertaba con besos y caricias, y también porque iba a acabar mi primera semana en la universidad sin morir en el intento.
-Buenos días. -Dije sonriente mientras besaba mi frente con dulzura. Él estaba encima de mí.
-Buenos días, preciosa. -Contestó con voz ronca y una leve sonrisa dibujada en su cara. Apartó un fino mechón de cabello de mi cara con delicadeza.
Me encantaba cuando hacía esas pequeñas muestras de afecto. Llenaba mi pecho de alegría con solo sonreírme. Mi mano viajó hasta su nuca y lo atraje para besar sus labios.
Sonrió sobre mi boca y correspondió a mi beso, agarrando mi cadera por el camino y adentrando la otra bajo mi camisa. Besó mis labios con intensidad, provocando que mi calor corporal ascendiera gloriosamente. Mi mano alborotaba su pelo con deseo mientras que, con la otra, arañaba la piel de su espalda, lo que hizo que chocara su cadera con la mía en un arrebato de pasión. Mi vagina exigía más de esos arrebatos, pero sin ropa. Me estaba dejando llevar por el deseo de tenerle entre mis piernas, sin embargo me preocupaba llegar tarde a clase.
-Tengo que ir a clase. -Susurré contra sus labios.
-Por un día que llegues tarde no pasará nada, nena. -Dijo y volvió a besarme con ansias tras quitarme la camisa.
Ahogué un gemido cuando sus manos poseyeron mis pechos, erizando mis sensibles pezones. Su boca descendió, regalando suaves besos sobre mi piel, hasta llegar a uno de ellos, donde lamió con exigencia y mordió ligeramente. Deslizó sus dedos por mi cuerpo hasta llegar a mis braguitas rosas al mismo tiempo que yo arañaba los duros músculos de su pecho bien afeitado. Se deshizo de la prenda, con mi ayuda, en un abrir y cerrar de ojos. Cerré los ojos colmada de placer, disfrutando de las caricias que su lengua regalaba a mis pechos, cuando sus dedos acariciaron mi entrada. Un agradable cosquilleo se instaló en la zona.
-Siempre tan mojada para mí. -Susurró, después mordió la piel de mi cuello.
Se libró de sus pantalones y sus boxers de un solo movimiento. Su cabeza fue bajando, repartiendo lametones por todo mi cuerpo, hasta que llegó a mi entrada, donde me miró unos segundos con los ojos oscurecidos. Lentamente, con sus grandes y fuertes manos aferradas a mis muslos, su lengua trazó círculos en mi clítoris, provocando en mi ser una invasión de calor mezclada con placer. Mis manos se enredaron a las sábanas instintivamente mientras su lengua hacia maravillas para mí ahí abajo. Cerré los ojos y solté un potente gemido, Axel dejó escapar una pequeña risa ronca de satisfacción.
Cuando creí que no podría gozar más, introdujo un par de dedos en mí de una sola estocada.
-¡Aah! -Gemí apretando con mis piernas su cabeza debido al placer de sus movimientos.
Continuó con rápidas y satisfactorias embestidas en mi interior a la par que su lengua lamía mi sexo. El gustoso hormigueo en mi bajo vientre no tardó en aparecer, nublando mis sentidos, haciéndome arquear la espalda y reventando por dentro convirtiéndose en un orgasmo deliciosamente placentero.
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Nada más importa (Libro #1)
Novela Juvenil¡Historia ganadora en los Ficti-loveawards2020! Alessa es una chica de veinte años que una noche se escapa del internado en el que está obligada a vivir. Pero sus planes no salen como espera porque ese mismo día es secuestrada por un hombre que tien...