-Suéltame ahora mismo. -Exigí en voz baja pero autoritaria. No quise llamar la atención de los presentes y mucho menos la de Axel, conociéndole como lo hacía, le partiría la cara a Drew y luego saldría en la televisión siendo la noticia de la semana.
-No hasta que me escuches, niñata.
-Está bien, ¿qué quieres? -Tiró de mí hasta llevarnos una esquina alejada de las miradas curiosas.
-Parece ser que no estás cumpliendo con tu cometido.
-¿Qué dices? -Pregunté confusa. -¿Qué se supone que debo cumplir?
-Debías servirme como pago y solo logré un triste adelanto. -Escupió con odio. -Pero ahora... -rió sin gracia. -Ahora tengo que pagar lo que se me perdonó por entregarte.
-No... no entiendo. -Hablé algo asustada.
Acercó su cara a la mía, sus ojos entrecerrados sólo mostraban desprecio. Incluso asco...
-¿Cómo lo vas a entender? Eres una puta cría. -Su mano aumentó la presión en mi brazo, se me estaba durmiendo. -Evans quiere que le dé los quince mil que costaste y eso sólo significa una cosa...
Noté cómo mi corazón multiplicaba las pulsaciones y cómo mis manos empezaban a temblar. Estaba asustada. Drew no llegó a ser tan malo cómo otras personas que secuestran a chicas, pero lo comenzaba a dudar. Quizás era un asesino... quizás era un violador... o quizás ambas cosas.
-Significa que no le sirves para nada. No estás follándole bien, si no estaría contento y no me exigiría tus quince mil.
-Y-yo no...
-Ahórratelo, hermosura, no necesito que hables, sino que escuches. -Amenazó señalándome con un dedo de su mano libre. -Quiero que esté tan contento contigo que ni se acuerde de mi nombre. Tan contento que crea que has sido la mejor compra de su vida. ¿Lo has entendido?
Asentí sintiéndome imbécil por dejar que me tratara de esa manera. Pero no podía actuar de otro modo, estaba asustada, aunque lo peor de todo era que me entristecía el hecho de saber que Axel no estaba contento conmigo. ¿Por qué le habría pedido el dinero si no? No sólo me entristecía, me mataba la idea de que él no se sintiera como yo cuando estaba con él.
-Perfecto. -Soltó su mano de mi brazo. -Ah, y una cosa más.
"Y ¿ahora qué?", pensé notando las lágrimas agolparse en mis ojos.
-Ni se te ocurra contarle nuestra charla. -Sonrió con maldad, provocándome escalofríos. -Recuerda que sé dónde vives, las horas que él no está en casa... pero sobre todo, recuerda que ya te secuestré una vez y fui demasiado bueno contigo.
Inmediatamente salí de su vista, sintiendo cómo una lágrima caía por mi mejilla. Rápidamente la aparté y me aclaré la garganta para que Axel no notara el cambio en mi voz.
-Te has tomado tu tiempo, ¿eh? -Sonrió observándome.
"Significa que no le sirves para nada", la frase de Drew se repetía en mi mente.
No respondí, pues en mi cabeza sólo había sitio para pensar en la amenaza de Drew y en lo estúpida que era por pensar que Axel estaba agusto conmigo.
-¿Qué te pasa? -Preguntó, pero no le oí. Se levantó de su asiento y me agarró suavemente por los hombros. -Nena, ¿qué pasa? -Sus preciosos ojos me miraban con un toque de preocupación.
La conexión de nuestras miradas, junto con la corriente eléctrica que invadió mi columna por tenerle tan cerca, fue lo que me hizo salir de mi aturdimiento.

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Nada más importa (Libro #1)
Ficção Adolescente¡Historia ganadora en los Ficti-loveawards2020! Alessa es una chica de veinte años que una noche se escapa del internado en el que está obligada a vivir. Pero sus planes no salen como espera porque ese mismo día es secuestrada por un hombre que tien...