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Al abrir los ojos lo primero que vi fue oscuridad. Estaba aturdida, en los primeros dos segundos tras despertar no recordaba nada. Sentía que estaba encima de algo duro y frío, y entonces reparé en que estaba tirada en el suelo. En cuanto me incorporé para sentarme, con una mano puesta en la parte posterior de la cabeza, que me dolía horrores, la imagen de Drew vino a mi mente.

Recordé haberle visto. Recordé que me había retenido en contra de mi voluntad, como siempre hacía, y, también, que algo duro impactó contra mi cabeza.

Me sentí mareada cuando apoyé la espalda en la fría pared. Inspeccioné la oscura habitación cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad. Había una pequeña ventana frente a mí, casi tocando el techo. Era tan pequeña que apenas me cabría la cabeza. De ella entraba un poco de luz solar, lo suficiente para ver que había un cuerpo tendido en el suelo. No sabía si la persona en cuestión estaba viva o no, pero no me atreví a averiguarlo. Estaba muy asustada.

Me costó una barbaridad, pero me levanté, apoyando una mano en la pared mientras que con la otra me sujetaba la parte afectada de la cabeza. Notaba como mi pelo estaba pegajoso y supuse que era debido a que había sangrado y la sangre se había secado. Mis pasos eran lentos y pesados, sin embargo, me llevaron hasta una puerta de metal. No quise aporrearla, pues me daba miedo saber quién se encontraba al otro lado.

Volví a pensar en lo ocurrido antes de llegar aquí a la par que me sobaba la cabeza con cuidado. Fuera quien fuera la persona que me agredió por la espalda no fue Drew. Él estaba frente a mí y sus manos me tenían cogida de los brazos.

"Seguramente fue algún amigo de Drew. Aunque dudo mucho que una persona como él tenga amigos", pensé mientras resbalaba por la pared hasta caer otra vez en el suelo sentada.

Tras unos minutos en los que pensaba en cómo estaría Axel o en si se habría percatado de mi desaparición, la persona que compartía zulo conmigo se movió. Se recostó bocarriba, pasó las manos por su cara y se incorporó lentamente, tal y como yo había hecho. Se llevó una mano a la nuca y sobó la zona mirando su regazo. La poca luz que entraba me dejó ver que era un hombre, así que, junté las rodillas contra mi pecho y las rodeé con los brazos asustada, intentado no moverme.

"Tal vez si no me muevo, no podrá verme. Aunque eso pensé la noche que conocí a Evelyn para que ella y sus amigos no me vieran".

La cabeza me dolía demasiado y las pulsaciones de mi acelerado corazón chocaban con dureza bajo mi pecho, pero, aún así, no me moví mientras aquel extraño terminaba de espabilarse. El miedo que sentía era, con diferencia, mucho mayor que el dolor de mi cabeza. De un movimiento brusco, el desconocido levantó la cabeza e inspeccionó la habitación, encontrándome encogida en una esquina. Escondí la cabeza entre mis brazos, enrollados en mis rodillas.

-Alessa, ¿eres tú? -Dijo en un susurró, su voz sonó ronca.

Había escuchado su voz en alguna parte, pero estaba tan aturdida que no la reconocí. No quise sacar mi cabeza de su escondite.

-Soy yo. -Oí cómo se levantaba y con lentos pasos se acercó a mí. -Soy James.

-¿James? -Dije más alto de lo que pretendía, levantando la cabeza demasiado rápido. Me mareé más.

Vi que estaba de pie frente a mí. Me tendió su mano para ayudarme a levantarme y me abrazó.

-No me puedo creer que estés bien. -Murmuró aliviado.

-No estoy tan bien como debería.

-Podrías estar peor. -Dijo al mismo tiempo que yo me separaba de él.

Me venía bien un abrazo, aunque no fuera de Axel. Ay, Axel... Cómo me hubiera gustado que me hubiera abrazado él. Más bien, cómo me hubiera gustado estar con él en casa y no en esa situación: secuestrada en vete tú a saber dónde y expuesta a que hicieran conmigo lo que quisieran. Sólo de pensarlo temblaba de miedo.

Nada más importa (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora