James estaba apoyado en un vehículo oscuro, un coche que, supuse, pertenecía a Axel porque lo había visto en su garaje. Corrí hacia él en cuanto le vi y me abrazó con fuerza.
-¡¿Estás bien?! ¡¿Qué te han hecho?! -preguntó cuando nos separamos.
-Gracias a Axel, nada -le aseguré todavía con la voz quebrada-. Aunque faltó muy poco.
Me abrazó otra vez bajo la atenta mirada del italiano.
-Te dije que Axel era... -comenzó a decir, pero se calló abruptamente mirando detrás de mí.
Giré mi cabeza y vi que mi amor se acercaba a nosotros con el entrecejo fruncido, pero su expresión cambió cuando me estrechó entre sus fuertes brazos. Estuvimos varios segundos abrazados hasta que ambos buscamos los labios del otro para hundirnos en un profundo y desesperado beso.
Necesitaba eso. Necesitaba poder relajarme y sentir todo su amor hacia mí como ahora me estaba demostrando. Necesitaba volver a sentir sus labios sobre los míos.
Apoyó su frente en la mía, con los ojos cerrados, sin soltarme ni un segundo.
-No sabes lo que me ha costado encontrarte -susurró con esa voz que tenía y tanto me gustaba-. Si llego a perderte, yo...
-Shh... ya pasó todo, cielo -susurré también, apretando su nuca con mis brazos para pegarme más a él. A pesar de sentirme débil y atemorizada todavía, sentí la imperiosa necesidad de calmarle. Necesitaba que Axel se encontrara sereno y en paz, bastante había sufrido ya-. Estoy bien y estoy contigo, eso es lo que importa, ¿no?
Afirmó con la cabeza, que estaba apoyada en mi hombro, y me empujó más contra su cuerpo.
-Tienes razón -susurró muy cerca de mi oreja-. Estás conmigo sana y salva, nada más importa.
Me dejé llevar por las sensaciones que me invadían cuando estaba cerca de Axel. Me sentí calmada y tranquila, fuera de peligro sobretodo, pero aún tenía el estómago apretado por todo lo ocurrido.
-Señor Evans -la voz del italiano llegó a mis oídos-, deberíamos marcharnos antes de que qualcuno nos vea.
Axel y yo nos separamos, pero entrelazó los dedos de mi mano a los suyos para tirar de mi hasta el coche. Le lanzó las llaves al italiano y abrió la puerta de atrás para hacerme pasar al interior.
Tras la ventanilla vi que unos hombres salían del edificio de dos plantas en el que estaba retenida, pero cuando comprobé que Axel ni les miró comprendí que no suponían una amenaza. Seguramente eran aliados.
Mi precioso novio se sentó detrás conmigo y me abrazó por los hombros pegándome a su pecho. El señor italiano conducía y James se sentó en el asiento de copiloto. Segundos después salimos de allí y noté que mis nervios me daban un poquito de tregua al alejarme de aquel lugar.
Axel no me soltó ni un segundo y yo se lo agradecí porque lo necesitaba, y he de decir que yo tampoco le solté a él para nada. Todavía no creía que fuera real que él estuviera ahí conmigo.
-¿Qué ha pasado con Naomi? -le pregunté a Axel en voz baja.
Él besó mi sien un par de veces antes de responder.
-No te preocupes más por ella, ¿de acuerdo? Te garantizo que no la volverás a ver -susurró sin dejar de mirar a mis ojos.
Asentí confiando en él, pero todavía tenía una duda muy importante.
-¿Drew está...? -no llegué a terminar la frase porque un nudo se atascó en mi garganta.
-No -mi hombre negó con pesar-. Ese hijo de puta se me ha escapado, pero como que me llamo Axel Logan Evans que lo encontraré.

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Nada más importa (Libro #1)
Teen Fiction¡Historia ganadora en los Ficti-loveawards2020! Alessa es una chica de veinte años que una noche se escapa del internado en el que está obligada a vivir. Pero sus planes no salen como espera porque ese mismo día es secuestrada por un hombre que tien...