Karma

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Muchos han tenido su primer amor en su dulce adolescencia, el típico amor que cuando termina, todo su mundo se derrumba, y su única salida, es la muerte, otros, convierten ese rompimiento en rencor, y algunos logran vengarse, eso no cura la herida, pero los hace sentir satisfechos, existen amores sanos y enfermizos.

Un lazo tan frágil que jamás florecerá o tal vez...

En un lugar llamado la ciudad de Kanto, vive un joven ordinario, cuyo corazón fue roto por un amor que jamás fue correspondido, ese sentimiento tan puro e inocente se convirtió en víctima de la traición; esa persona cuya inocencia fue rota, se convirtió en alguien diferente; alguien que el dolor no puede tocar su alma.

Sus ojos tímidos y puros son transformados en dos lunas azules fríos y serios, pero no perdió ese brillo que lo caracteriza, los ojos de alguien valiente y fuerte. Sus amigos se preocupan por él, pues últimamente se ha metido en pleitos que termina destrozando un bar completo.

Una tarde, después de la escuela, él y su amigo caminan por las calles tranquilamente.

-Hey, Aichi, vamos a la tienda...-dijo su amigo.

-Sabes que no tengo nada que hacer en ese lugar, Naoki-kun-respondió el chico con voz seria y sin mirar a su compañero.

-Antes solías ir a jugar Vanguard después de la escuela.

-Eso fue hace mucho tiempo.

Lo que temía Naoki. Desde que conoció a Aichi, su vida se había llenado de color y su corazón se volvió más cálido con los demás, sin embargo, el chico que está a su lado, ya no es quién lo salvó, ahora no es más que una especie de caparazón lleno de odio y rencor. Y todo eso sucedió porque Aichi tuvo el valor de confesar sus sentimientos hacia un chico castaño que lo salvó de un mundo gris cuando eran niños, tiempo después, se volvieron a encontrar cuando él era un chico de secundaria y el otro apenas un alumno de preparatoria, ambos se llevan por un año, pero eso no impidió que su amistad creciera y se tuvieran el uno al otro.
Un día, Aichi había citado al castaño en un lugar después de la escuela; ahí fue dónde Aichi terminó herido y fue hasta golpeado por ser alguien débil. La lluvia fue su único consuelo, y poco a poco, su mirada se hizo fría.

Tiempo después, Aichi le pidió a otro de sus amigos que lo enseñará a pelear.

-¿Por qué quieres aprender a pelear?- preguntó su amigo un poco sorprendido.

-No quiero que me subestimen por lo que soy- respondió con seriedad.

-Pues déjame decirte que no será fácil. Tu cuerpo no está acostumbrado a ese tipo de deporte. No quiero asustarte, pero me tomé la libertad de investigarte. Según lo que averigüé, el deporte no es tu fuerte. Deberías estar practicando para el siguiente campeonato.

-Renuncié al vanguard.

El hombre lo miró con sorpresa tras escuchar esa confesión- ¿qué haz dicho?

-Ya no volveré a jugar vanguard, ni ahora ni nunca.

-Qué sorpresa ¿a qué se debe ese cambio?

-No es de tu incumbencia.

-Vaya. Me ahorras en tratar de borrarte el lazo que te ataba en ese juego infernal. Tal parece que lo borraste por tu propia voluntad.- sonríe.- Como quieras. Te enseñaré a pelear. Pero te advierto que será duro para tu pequeño cuerpo.

-No me subestimes.

-Ya lo veremos.

Para su sorpresa del hombre, Aichi logró dominar los movimientos y ataques de defensa personal, su cuerpo se volvió más ligero y flexible, sus reflejos son más agudos y posee una fuerza que no creyó que tenía; eso le asusta a un chico de primaria que lo consideraba como un hermano; pero Aichi es amable y convenció a su querido "hermanito" que sería incapaz de herirlo, ya que no es como esa "persona".

Entraron a un pasillo donde conducía hacia el otro lado de la ciudad, pero en eso, un grupo de chicos los estaban esperando.

-¡Sendou Aichi!- gritó uno de ellos que al parecer es el líder- maldito mocoso ¡atrápenlo!

Los otros chicos se acercan a él,pero Naoki se pone entre ellos y su amigo.

-¿Cuál es su problema? Aichi quédate atrás.

Pero Aichi se apartó de su escudo e hizo que Naoki se pusiera detrás de él, en eso, el chico logra esquivar los ataques con movimientos rápidos hasta llegar al líder, cosa que el hombre no le gustó, pero Aichi simplemente lo golpeó dejando a los chicos sorprendidos, ya que con simples golpes dejaron inconsciente al líder.

-¿Quién más se atreve a desafiarme?- preguntó tranquilo.

Pero los chicos cargaron a su líder y se fueron corriendo.

-Increíble. No pensé que harías eso- dijo Naoki.

-No fue gran cosa.

-¿Cómo es que te conocen esos tipos?

-Ellos querían incluirme en su banda, pero los rechace y seguían insistiéndome.

-Ya veo.

-¿Sigamos?

-Sí.

Naoki no podía culparlo, pues Aichi estaba enamorado de alguien que no tuvo piedad por romper su corazón.

Lo que él sepa, Aichi no es del tipo que guarda rencor, pero, habrá sido lo suficientemente doloroso para el chico que lo hizo insensible.

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Aichi llegó a su casa, su hermana menor, Emi se había dado cuenta de su cambio de actitud, trató de preguntarle si estaba bien, pero él simplemente le dice que no le pasa nada y actúa cómo si fuera el Aichi inocente que siempre conoce, cosa que a Emi no le convece en nada más que su madre del igual manera es inocente e ignora el comportamiento de su hijo mayor, Emi está convencida que esa personalidad se lo heredó a Aichi, pero también sabe que heredó el carácter fuerte de su padre.

Aichi se cierra en su habitación, ve en su escritorio que yace una caja negra con un símbolo peculiar, lo mira con tristeza, lo toma y saca una carta con una imagen que siempre le daba fuerzas para seguir adelante, aunque las cosas estén peor.
Blaster Blade, ese es el nombre del caballero blanco que está dibujado en la carta; a pesar de haber renunciando a jugar vanguard, no puede evitar ese pesar de desechar su deck, una vez trató de hacerlo, pero su corazón le impide que cometa esa barbaridad, después de todo, ese deck lo llevó a tener amigos verdaderos, a tener confianza en sí mismo que no creía tener.
Sí, le debe mucho al juego vanguard que es incapaz de deshacerlo.

Aichi levanta la mano a la altura del techo donde tiene el deck y se prepara para arrojarlo lejos, pero no pudo, luego cae de rodillas y pone sus manos en la frente junto con el deck y cierra los ojos.

-¿Por qué? ¿Por qué no puedo dejarlas ir? Sólo son cartas insignificantes- dijo con pesar- ya debería haber roto el lazo que me ata a éste deck.

"Por favor, ya no quiero sentir éste sentimiento. Ya no quiero saber más de vanguard, ya no quiero..."

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Nota:
Bueno, no acostumbro poner notas después de terminar el capítulo, pero esto es importante, un pequeño dato, en éste capítulo me inspiré en la canción de karma de vocaloid, pero esto es la primera parte de la canción, espero sea de su agrado, nos vemos la próxima ;) un abrazo psicológico.

La maldición del dragón (Temática Yaoi (chicoxchico))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora