¿Quién eres?

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Aichi llevó a Yusei a un bar, el mayor pidió un vaso de leche,  cosa extraña, ya que al juzgar por su apariencia, es un chico rudo que no le teme a nada, un hombre que le gusta beber sin importar lo que digan los demás; el vaso de leche fue lo que lo desconcertó y levantó una ceja con incredulidad.

-¿Qué?- preguntó Yusei al ver que Aichi no paraba de mirarlo.

-¿Un vaso de leche?- preguntó.

-¿Qué tiene de malo?

-Nada. Eso sólo que no es común que un chico rudo cómo tú pida un vaso de leche. Hasta al barman lo dejaste sorprendido.

-Y lo dice alguien que a pesar de su apariencia, tiene fuerza bruta y lo subestimen por eso.

-Es un buen punto.

-Pero en serio ¿desde cuándo sabes pelear así? Me dejaste con la boca abierta cuando te enfrentaste con esos tipos.

-Ya te lo dije, le pedí a un amigo que me enseñará a pelear.

-¿Por qué decidiste aprender a pelear?

-Por nada en especial. Sólo quería que no me siguieran subestimando.

El barman regresó con el pedido, un vaso de leche y un tarro de cerveza para después irse.

-¿Es en serio?- ahora Yusei es el sorprendido.

-¿Qué?- preguntó Aichi.

-¿Un tarro?

-Oye- se quejó- ya no soy un niño.

-Los menores de 20 años no deben beber alcohol hasta la mayoría de edad.

-¿Cuántos años tienes? A puesto que eres menor de edad igual que yo.

-Estoy cerca de los 20 y tú apenas tienes 15 años.

-16.

-No es tanto la diferencia.

-No eres mi jefe para prohibirme beber alcohol.

Aichi estaba a punto de beberlo, pero Yusei se lo impidió.

-No.

-Déjame, yo sé lo que hago.

-No debes- trata de quitarle el tarro.

-¡Oye!

Comienzan a pelear por ver quién gana; Aichi trata de alcanzar el tarro que Yusei le quitó y ahora está a la altura de su brazo, mientras que con la otra empuja el hombro del menor hacia atrás, los demás hombres empezaron a verlos extraño, algunos piensan que son buenos amigos que juegan, o que uno de ellos está pasado de copas y que su amigo trata de hacerle entender que ya está al límite.

En la entrada, los mismos chicos que atacaron a Yusei vinieron a saldar cuentas.

-Ahí están- señaló el primero.

Aichi está distraído que no se percató de los chicos.

El segundo chico saca una de sus cadenas con discreción y se acerca poco a poco.

Aichi siente un tic en la cabeza que se aleja de Yusei y logra tomar el cuello del chico hasta chocar contra una pared cerca.
Los demás hombres voltean a ver la escena.

-Creí que ya se habían ido- dijo Aichi.

-Tenemos órdenes del profesor, hay que eliminar a los guardianes del dragón.

-¿Qué?- recibe una patada del chico para alejarlo y se ponen en guardia.

-Aichi...- Yusei se iba a acercar pero el otro chico lo detiene con su espada.

-Aún no he terminado contigo- dijo.

Aichi empuja al chico, luego esquiva las espadas hasta que choca contra la pared, pero se agacha y se aleja para dar un nuevo ataque.

Los demás hombres sólo se apartaron para ver bien la pelea.
Una vez más, Aichi salta y rueda por los aires para esquivar las cadenas y con sus manos amortigua la caída.

Empuja al chico y lo lanza hacia la pared y sin darle el tiempo, Aichi salta, da vueltas y con ambos pies logra aplastar la cabeza de su oponente, haciendo sangrar la nariz y ojos; y ahí mismo se empuja a si mismo para caer de rodillas y ver lo que hizo.

-Parece que su corazón ha comenzado a contaminarse- sonríe el chico de las espadas.

Aichi mira sus manos sin poder creer lo que hizo.

-¿Acaso lo maté?- se preguntó a sí mismo.

-No te preocupes. Lo pagarás con tu vida- dijo el chico mientras se acercaba a él- antes de que termines convirtiéndote en un demonio- apunta la espada pero es detenido por Yusei que lo golpea en la nuca y dejarlo inconsciente.

-Hay que irnos- dijo Yusei.

-¿A qué se refería con guardianes y  demonios?- preguntó ya un poco recuperado del shock.

Yusei levanta al chico y lo carga como un costal de papas- Aquí no- negó- vamos a un lugar seguro.

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Al día siguiente, un avión acaba de aterrizar en el aeropuerto de la ciudad. Muchas personas bajan del avión y entre ellas está una niña de cabello largo castaño y ojos cafés claros y dulces.

-Ya llegué- dijo para sí misma- ansío por saber que Aichi le haya confesado sus sentimientos a mi hermano, me muero por verlos juntos.

-¡Nicole!- escucha que la llama un niño de cabello oscuro y puntiagudo a lo lejos.

-¡Kamui, chicos, hermano!- los saluda mientras corre hacia ellos.

-Nicole, bienvenida- sonríe una chica de cabello lila y ojos verdes.

-Estoy en casa, Misaki- luego dirige su mirada a un castaño mayor de ojos esmeraldas- ya llegué, hermano.

-Bienvenida- le sonríe.

-¿Cómo te fue?- preguntó un chico rubio.

-De maravilla- respondió la chica feliz- música, arte y libros, ese país es rico por su cultura y costumbres, festejan todos los días, hacen muchas fiestas por motivos diferentes.

Nicole, hermana menor del castaño mayor, fue a un viaje de vacaciones con sus padres adoptivos. Desde que sus verdaderos padres los abandonaron, sus parientes los separaron; al castaño lo llevaron con diferentes partes de dónde vivían sus tíos, mientras que Nicole a un orfanato, hasta que un joven que pasó por ahí la vio y su pareja quería una hija, ya que tuvo dos hijos varones y quería una niña, así que la adoptaron. Durante ese tiempo, Nicole tuvo buena relación con su familia adoptiva, sin embargo, ella no dejaba de pensar en su hermano mayor, así que sus padres no tuvieron problemas para encontrar al castaño.

Sus verdaderos padres le habían dado fondo para sus estudios, cosa que el castaño pudo valerse por sí mismo y así puede visitar a su hermana cuando quiera, pero las cosas cambiaron cuando el castaño volvió a ver al chico que había ayudado y le enseñó a jugar Vanguard, un juego de cartas que logró iluminar el mundo de ambos, sin embargo...

-Kai ¿Dónde está Aichi?- preguntó Nicole.

A lo que todos guardaron silencio, por lo que hicieron que mal interpretara la niña.

-¿Qué le pasó?- sollozó.

-Tranquila, él está bien- dijo Kamui.

Nicole suelta un suspiro- qué alivio.

El rubio mayor intercambia miradas con Kai.

-¿Por qué no vino?- volvió a preguntar.

-Te llevaré a casa para que descanses- dijo Kai mientras la guiaba a la salida.

No es un misterio que Nicole le tenga cariño a Aichi, pues lo había conocido desde que Kai regresó a la ciudad donde nacieron. Pero, lo que ella no sabe, es Aichi ya no es el mismo.

La maldición del dragón (Temática Yaoi (chicoxchico))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora