Lágrimas de un demonio parte 2

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Yusei, con la ayuda de Sora, Asuka, Yugi y Serena, fabricaron una D-Wheel para Aichi, por supuesto que acabaron rápido, pues contaban con muchas manos. Sacaron la motocicleta en el patio, y las clases han comenzado.

Aichi se sube a ella, con un poco de nervios.

-Bien, ¿dónde está el clutch?

Yusei señaló un palanca en el manillar izquierdo. Era un misterio cómo iba a poder apretarlo sin soltar el manillar. La pesada motocicleta temblaba debajo del peliazul, amenazando con tirarlo a un lado. Agarró otra vez el manillar, intentando mantenerla derecha.

-Esto no se queda pie-se quejó.

-Verás cómo todo va bien cuando esté en movimiento-prometió el mayor-Ahora, ¿dónde tienes los frenos?

-Detrás de mi pie derecho.

-Error.

Le tomó la mano derecha y le dobló los dedos alrededor de la palanca de aceleración.

-Pero tú me dijiste...

-Éste es el freno que estás buscando. No uses ahora el freno de atrás, ese lo dejaremos para más tarde, cuando sepas lo que estás haciendo.

-Eso no suena nada bien-replicó con cierta suspicacia-¿No son los dos frenos igual de importantes?

-Olvídate del freno de atrás ¿de acuerdo? Aquí...-envolvió la mano con la suya y le hizo apretar la palanca hacia abajo-Así es como se frena. No lo olvides-le apretó la mano otra vez.

-De acuerdo-asintió.

-¿El acelerador?

Giró el manillar derecho.

-¿La palanca de velocidades?

La empuja ligeramente con la pantorrilla izquierda.

-Muy bien. Creo que ya captaste el manejo de todas las partes. Ahora sólo te falta arrancar la moto.

-Oh, oh-murmuró un poco asustado, por decirlo con suavidad. Notaba unos extraños retortijones en el estómago y sentía que le iba a fallar la voz.

De acuerdo, estaba aterrado, intentó decirse a sí mismo que el miedo no tenía sentido. Ya había pasado por lo peor que podía ocurrir. En comparación ¿cómo se iba a asustar por esto? Supuso que debería poner cara de que no le importaba y reírse.

Pero su estómago se negaba a colaborar.

Mira fijamente el largo tramo de camino polvoriento, hecha de aquella sustancia negra que usaron para cubrir la tierra, sin contar con los pequeños charcos y la basura, desde luego, que mejor que el agua sucia.

-Quiero que mantengas el clutch hacia abajo-le instruyó Yusei.

Se le agarrotaron los dedos en torno a la palanca.

-Ahora, esto es crucial, Aichi-insistió Yusei-no dejes que la moto se te vaya ¿de acuerdo? Quiero que pienses que te di una granada explosiva. Le quitaste el seguro y estás sujetando el detonador.

Lo apretó con fuerza.

-¿Crees que podrás arrancar el pedal?

-Si muevo el pie, me caigo-explicó con los dientes apretados y los dedos tensos sobre la supuesta granada explosiva.

-Está bien, yo te sostengo. No sueltes el clutch.

Dio un paso atrás y súbitamente golpeó con fuerza el pedal. La moto hizo un sonido brusco como tableteo y la fuerza del tirón la hizo balancearse. Empezó a caerse de lado, pero Yusei sostuvo la moto antes de que se estampara contra el suelo.

La maldición del dragón (Temática Yaoi (chicoxchico))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora