La maldición del dragón (Temática Yaoi (chicoxchico))

Esto no es un juego de niños

Finalmente abre los ojos, pero el lugar está oscuro, no puede ver nada, ni siquiera puede ver su propia mano. Comienza a caminar, pero no logra ver algo de luz o un pequeño camino que lo ayude a guiarse; más adelante se encuentra con unos fragmentos de cristal, el lugar está oscuro, así que por lógica no puede ver su reflejo, con una mano toca uno de ellos, está frío, y eso no es todo, siente algo extraño en el piso, eso es...¿agua?

Baja la mirada y tiene razón, es agua ¿acaso está en un túnel? ¿O será que de nuevo está en aquél mar oscuro? Eso es imposible, ese lugar desapareció una vez que Yugi logró salvarlo.

No hay ruido, ni luz, lo último que recuerda es que estaba teniendo un duelo con el castaño que estaba siendo manipulado por ese sujeto llamado Roger, y luego, una descarga eléctrica lo hizo desmayarse ¿Acaso Roger lo llevó a unas alcantarillas?

Pero no huele a moho, ni a orina que le indique que está en ese lugar tan sucio.

-¿Chicos?- llamó, pero no tuvo respuesta, al menos, no después de varios segundos después.

-¿Quién llama?- preguntó una voz desconocida.

-¿Dónde estás?

-¿Para qué quieres saber?

-Necesito saber dónde estoy.

-A pesar de estar aquí, no tienes idea de dónde estás- afirmó la voz.

-Por favor, necesito que me digas en que lugar estoy- suplicó- la vida de un amigo está en riesgo.

-¿Un amigo?

-Sí. Por favor ¿puedes ayudarme?

-¿Cuál es tu nombre?

-Aichi Sendou.

-Que curioso nombre. Nunca lo había oído antes. Pero puedo ver que posees un gran poder en tu interior, escondes muy bien tu resplandor.

Aichi se estremeció, pensando que tal vez podría ser un ser oscuro.

En la oscuridad, se dibuja una sonrisa- acércate más- pidió.

El peliazul dudó un poco que puso una mano en el pecho.

-No seas tímido y ven.

Al no recibir la respuesta del menor, estiró su mano y lo arrastró, Aichi forcejeó un poco, pero la fuerza de esa mano lo obliga a acceder; con la mirada temblorosa, el miedo desapareció cuando vio un par de ojos dorados, fríos, pero eso no fue lo que causó que Aichi se aliviará del susto, sino el aspecto de la persona que está frente a él.

-¿Judai?

Pero segundos después, descubre que no es él.

-¿Quién eres?- preguntó serio- ¿dónde estoy?

-¿Quieres por favor de hacer tantas preguntas?- protestó el chico de ojos dorados.

-Entonces responde- exigió el peliazul.

-Mi nombre es Haou.

-¿Por qué tomaste la forma de Judai?

-Es una larga historia. Dejaré que Judai te lo cuente en cuánto salgas de aquí.

-¿Y Judai?

El chico le muestra que está el castaño un poco más lejos pero inconsciente entre el agua y la oscuridad, y eso no es todo, está atado con unas cadenas negras que despiden un aura oscura.

-¡Judai!- corre hacia él y levanta su cabeza a la altura de su hombro izquierdo- resiste por favor ¿por qué está atado de esta manera?

-Algo impide que Judai se niegue a despertar- dijo Haou.