- Hoseokie.- murmuró SeokJin del otro lado de la puerta.
-SeokJinnie.- Suspiró con una mueca cargada de tristeza. Sinceramente hoy no tenía ganas de hacer absolutamente nada, ni humor,ni energía.
-Abreme la puerta, ¿si?
-¿Qué gano a cambio?
-Otra muestra de mis habilidades culinarias.
HoSeok abrió con lentitud y observó al mayor quien extrañamente llevaba su cabello revuelto (extrañamente porque el suele cuidar mucho su aspecto personal) y una bandeja repleta de galletas con cantidad abundante de chispas de chocolate. Olía a cielo, a mismísima gloria y con el frío de los días unas galletas calientes no le vendrían mal.
-Pensé que harías kimchi.- reprochó en voz baja. El estaba conforme con las suculentas galletas, pero, no quería esperanzar a el más alto con algún tipo de innecesaria amabilidad.
-Ya hice Kimchi, tres veces en la semana de hecho.
-Nunca viene mal.
-Las galletas tampoco.
HoSeok se arrastro a un lado para así dejar espacio al mayor de pasar y este al ver esa acción caminó unos cuantos pasos hasta adentrarse a la habitación. Como de costumbre colocó las galletas sobre de la pequeña mesilla de noche y minuciosamente detalló el lugar, aunque, el desordenado y descuido espacio ya no causaba ni la mínima impresión por parte de el mayor.
-¿Cuándo limpiaras la habitación?
-Cuando nazca de el corazón.
-Eres un estúpido,HoSeok.
-Sí, sí.- dijo observando el menor observado a SeokJin quien parecía estar a punto de irse.- ¡Ah! y...Hyung.
-¿Qué?
-Apaga la luz.
El pelinegro suspiró y asintió.