These Are The Days Our Live - Roger Taylor & Tú

n u e v e

Aún no encontraba valor para decirle a Roger de la boda y eso me mataba, ya no podía ocultárselo más y sobre todo cuando Tom hacía lo posible en hacer que se enterara. Había sido el mes más largo de mi vida.

Estaba dormida, abrazada por Tom, aunque no lo quería tener cerca, hacía calor y estabamos desnudos. El teléfono había sonado ya dos veces y en la tercera suspire cansada, quite la mano de Tom de mi cintura y me fuí directamente a contestar, sin ponerme alguna ropa.

—Diga —conteste con mucho sueño y sentadome en el sillón.

—¡Nos vamos de gira! —grito Roger desde el otro lado—. ¡A América! —trate de analizar lo que dijo y reaccione.

—¡¿Hablas en serió?! —pregunté emocionada cuándo medite lo que dijo.

—Muy, muy en serio —en su voz se oía emocionado—. Los chicos y yo pasamos por ti en 30 minutos, iremos a la casa de Freddie, que no contesta —y sin más colgó.

Sonreí grande. América, irían a América. Corri rumbo a mi habitación a ponerme lo primero que encontraba, mientras Tom despertaba, supongo por todo el ruido que hice, pero no me importó tanto, estaba emocionada por mis chicos. Amarre mi cabello en una coleta, me vesti y salí del baño, Tom tenía puesto los pantalones, y la playera en la mano.

—¿Qué sucede? —preguntó y no pude evitar sonreí.

—América, eso es lo que pasa —conteste en el momento que tocaban la puerta—. Son ellos —sin más les abrí a lod chicos, que me recibieron con un gran abrazo.

—Sigo sin creerlo —dijo John.

—A los americanos les gusto tanto nuestro álbum —dijo Brian, con una gran sonrisa.

—Te llevare está vez en mi maleta —me dijo Roger, también sonriendo—. Conquistaremos el mundo —me abrazo ahora sólo él, estaba muy emoción.

—Hola, Tom —hablo John y lo miramos, se estaba poniendo la playera.

—Hola —dijo serio—. ¿Qué ocurre?

—Los chicos iran a América, en una gira —sonreí feliz por ello.

—Iremos —corrigió Roger—. Ya te dijimos que te llevaremos —se oía contento—. Hay que irnos, le tenemos que contar a Fred.

***

Ni tuve tiempo de despedirme de mi prometido porque los chicos me sacaron arrastrando de ahí y nos subimos al auto de Brian para ir a la casa de Freddie.

Los tres iban tan emocionados que ha Brian no le importo pasarse tres altos. Cuando llegamos bajamos del auto, May, llevaba un botella de champán, claro que íbamos a festejar. El rubio de mi amigo iba primero y abrio la puerta y después toco como si fuera su casa, todos desviamos las miradas, ya que Mary estaba desnuda cubierta por una cobija y Fred solo en pantalones.

—Toca antes de entrar —le susurre divertida a Roger.

—Tu teléfono está descolgado —puso el teléfono en su lugar; Brian, John y yo nos sentábamos en el sillon.

—Claro, pasen, pónganse cómodos —nos dijo con sarcasmo, sonreí mientras Roger iba por unas copas—. Ignorenos.

—Hola, Mary —dijo Brian mientras iba a abrir la botella—. ¿Y tú papá?

—Está muy bien, gracias —dijo un poco incómoda y tapándose más. Me miro en busca de respuesta y solo sonreí más.

—¿Qué ocurre, Brian? —pregunto Fred.