d i e c i s é i s

2.4K 148 71
                                    

El álbum de los chicos, una vez más estaba siendo un gran éxito. Y vendia mucho de ellos cuando llegaron a la tienda.
Jenny me había ido a ver a la tienda, en sus brazos tenía a su pequeña bebé de siete meses, Stella.

—Ven con tu tía favorita —le dije mientras ella sonreía y Jenny me la daba.

—Parece que todo va bien con la banda de Roger —dijo sonriendo al ver el nuevo álbum, también mi hermana lo adoraba.

—Sí —sonreí—, pasado mañana se iran de gira otra vez. Tres meses —suspire.

—¿Y ese suspiro? —pregunto curiosa—. Nunca lo habías hecho por Roger —mordi mi labio, aún no sabía que era mi novio.

—Hey, Jenny -dijo llegando el rey de Roma—. ¿Cómo estás? —ambos se dieron un abrazo y luego se acerco para cargar a Stella que rió al verlo y luego beso mis labios.

—¿Cuando me iban a decir que son novios? —pregunto emocionada mi hermana.

—Ahora —reí.

Mi hermana tenía que ir hacer algunas compras, así que cuidamos a Stella, que su lugar favorito eran los brazos de Roger, quien me hablaba animado por está nueva gira.

—... Nos iran muy bien, una vez más —sonreí.

—Ya lo sé, cariño. Solo que te extrañaré —me miró desconcertado.

—Pero si iras otra vez con nosotros —lo mire sorprendida—. No creías que te dejaría aquí, con tantos chicos tras de ti —hablo fuerte—. Y nuestra bebé —reí, ya que me dejo de ver al chico que había atendido.

—Deja de usar a mi sobrina —reí.

—¿Te imaginas cuando tengamos hijos? —aquello me sorprendió aun más, pero él miraba a Stella, que se estaba durmiendo—. Serías un madre hermosa y yo le enseñaría a tocar la bateria.

—Creo que primero deberias de casarnos, ¿no crees? —dije bromeando.

—Claro que lo pense, bonita —sonrió radiante—. Cuando nos casemos quiero tres hijos o más —el corazón me latio rápido al escucharlo hablar de un futuro tan grande como ese.

***

Había decidido no ir con los chicos a su nueva gira, y a Roger le molesto que así lo decidiera.

—Roger, es momento de brillar de ustedes y solo de ustedes —le dijo mientras él insistía que fuera.

—Por favor, también es tu momento —me decía mientras me seguía por la tienda—. Nos has ayudado mucho —y sonreí agradecida por eso.

—Es solo que yo no le veo necesario ir. Tendran concierto tras concierto, giras tras giras, cariño —nos detuvimos y lo mire a los ojos—. Créeme que lo haran bien, Estados Unidos los ama.

—Y yo te amo a ti —beso mis labios—. De acuerdo, aceptaré el que no vayas —sonreí—. Pero te voy a extrañar mucho.

—Y yo a tí —le di un beso más—. Ahora ven que tengo que tomarte medidas.

Había decidido seguir con diseñadora de ropa, se me daba bien y yo era la que siempre le hacía lo trajes tan exóticos que Freddie me pedía para sus conciertos. Tenía varios bocetos, tanto ropa de hombre y de mujer, quería abrir un pequeña botiquín con mi ropa, pero al estar con los chicos y la tienda de discos, era un poco imposible.

These Are The Days Our Live - Roger Taylor & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora