c u a r e n t a

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Me movi en la cama para acurrucarme más a él. Su olor embriaga mis fosas nasales y no puedo evitar sonreír. Mierda, nunca me cansaría de estar en sus brazos. Él me empezó a cantar en mi oído y no pude evitar sonreír aun más.

—Buenos días —dijo con su voz ronca.

—Parece que madrugaste hoy —lo mire, apenas saldría el sol.

—Recuerda que tengo que ir a tomar un vuelo —me quito algunos mechones de  cabello de mi rostro—. Me quería despedir antes de irme.

Asentí con la cabeza mientras acariciaba mi cabello. Recordé que anoche me había besa, lo había besado, nos habiamos besado. Lleve mis dedos a mi labio y los roce. Roger tomo mi mano, la entrelazo y después beso el dorso de ella.

—Te extraño, Roger —solte triste.

—Yo también te extraño mucho —acerco su rostro al mío y rozo nuestras narices.

Su labios y los míos chocaron sin más y nos volvimos a besar. Está vez con un poco de desesperación. De un moviento a otro, hizo que estuviera arriba de él, aun besándonos. Tenía mis manos en sus mejillas mientras él acariciaba mis piernas, haciendo que el cosquilleo subiera por todo mi cuerpo.

Al separarnos por falta de aire nos miramos unos segundos, que fueron eternos, hasta que escuchamos pasos en el pasillo, Felix y Rory se habían despertado.

Me quite sobre Roger en el momento en que Félix abría la puerta y tomando de la mano de su hermanita se acercaron a nosotros, haciendome sonreír.

—Hey —los saludos Roger y los subió a la cama—. Despertaron muy temprano —me miró de reojo mientras me mordía el labio.

—Pensé que ya te habías ido —dijo Felix.

—Tengo como veinte minutos —miró el reloj de su muñeca—. Aun puedo estar con ustedes un rato.

Y vaya que estos veinte minutos en familia fueron los mejores. Rory y Felix disfrutaron a su padre lo que más podía. Se volvieron a despedir de él y una vez más lo acompañe a la puerta, donde llevaba sus maletas.

—________________ —me miró a los ojos.

—Se te hará tarde —sonreí divertida porque Freddie toco el claxon del auto un poco desesperado.

—Yo quiero hablar contigo, sobre... —no lo deje terminar porque lo volví a besarlo y él a mí.

—Cuando regreses —murmuré sobre sus labios—. Suerte.

Sonrió y me robo un beso antes de abrir la puerta y salir con sus maletas. Lo vi irse y sonreí, mierda, no puedo creer que aún provoque muchas cosas en mí.

Necesito aclararme todo estos sentimientos, no quiero lastimar a nadie y mucho menos quiero salir lastimada.

***

Estaba en mi boutique, en mi oficina terminando los detalles de un vestido. Eran las 11 de la noche y suspire, me estaba estresando mucho porque la cliente o no le gustaban los detalles o quería que pusiera aquello y el otro y no se decía por alguno y esperaba que ese fuera el bueno.

Sentándome pesadamente en la silla cerre los ojos unos segundos, tengo que irme a casa a descansar. El teléfono sonó, tal vez podría ser Tom.

—¿Sí? —dije contestando.

—¿No crees que es muy noche para que sigas trabajando? —al escuchar su voz, mi corazón empezó acelerar.

These Are The Days Our Live - Roger Taylor & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora