t r e i n t a y s e i s

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Me desperte una vez más en la madrugada, mire a mi lado, Tom estaba dormido y me abrazaba de la cintura. Intente acomodarme a su lado, pero vaya, esto no era tan cómodo. Suspire y quitando su brazo de mi cintura sin despertarlo me levante de la cama y me puse mi ropa interior, junto con una de sus playeras.

Salí de la habitación y baje rumbo a la cocina. Al llegar me empecé a preparar un té o algo así, le heche un poco de alcohol, maldito hábito de Roger, pensé con una sonrisa.

Lo lleve a mi boca cuando estaba por fin y me sente en una silla. Necesitaba dormir un poco, solo eso. Mañana viajariamos, Tom, los niños y yo, como un viaje familiar y eso me ponoa nerviosa, aveces cosas así afecta a Roger y piensa que no es un buen padre.

-¿Sin sueño? -escuche la voz de Tom. Él me sonrió y se acercó a mí-. Podemos hacer algo, ¿sabes?

Lo mire divertida. Me empezó a besar en el cuello y me deje llevar un poco, cerrando los ojos.

-La cocina se ve buen lugar -murmure y lo escuche reír.

-Sigo prefieriendo la cama -susurro en mi oído y volvió a besar.

Mierda, porque siempre le quita lo divertido al sexo. Con Roger lo hubieras hecho hasta en el maldito techo. ¿Por qué mierda pienso en Roger cuando estoy apunto de tener sexo con mi esposo?

Tom me levanto en sus brazos y empecé a besarlo en el cuello mientras nos llevaba a nuestra habitación.

Cuando llegamos, me dejo delicadamente en la cama y beso mis labios, mientras sus manos viajaban debajo de la playera que traía.

-Rory -murmuramos cuando empezó a llorar.

-Ire a ponerle algo de música -dije mientras nos separabamos.

-No tardes mucho -me sonrió y volvió a dar un beso.

Fuí rumbo a la habitación de mi hija, que lloraba, pero lloraba mucho. Cuando toque su frente, estaba muy caliente, al igual que su rostros y sus mejillas estaban rojas.

La tome en mis brazos, pero está vez no se calmaba, solo seguía llorando, lo cual me empezaba asustar.

-Tom -le hable mientras regresaba a nuestra habitación-, Rory no se ve bien -dije preocupada y mire a mi hija, que seguía llorando.

***

Estaba sentada en una de las sillas del hospital. Eran las cinco de la mañana y seguía sin saber algo de mi pequeña, me tenía preocupada. Había ido sola, dejando a Tom acargo de Felix, no podía dejarlo solo en la casa y no quería despertarlo.

-¿Te han dicho algo? -preguntó Roger llegando, lo había llamado hace unos veinte minutos.

-Aún no -me miro unos segundo, se sento a mi lado y me abrazo.

-Hey, ella estará bien. Es igual de fuerte que tú -me susurro, mientras algunas lágrimas salian de mis ojos.

Esperamos unos diez minutos más en la sala de espera. Roger me había dado su abrigo, ya que me puse lo primero que encontre y me importo más mi bebé.

-¿Son los padres de Rory Taylor? -nos miro unos segundos el doctor, mientras sentíamos y nos levantamos de nuestros asientos-. Ella está mejor. Solo tiene algo más de temperatura, pero es normal -aclaro al ver mi terror en mis ojos-. Solo deben de cuidarla bien y evitar que no se rasque, a empezado con la varicela.

-De acuerdo -suspire un poco aliviada-. ¿Podemos verla?

-Claro. Cuando se le baje la temperatura se la podrán llevar.

These Are The Days Our Live - Roger Taylor & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora