These Are The Days Our Live - Roger Taylor & Tú

d i e c i s i e t e

Roger:

Estabamos bajando del avión, tenía tantas ganas de verla, la había extrañado demasiado en estos tres meses que de verdad a veces quería ir por ella y tenerla conmigo. Aunque también la quería ver porque estos tres días no supe nada de ella, aunque quiero creer que es por su trabajo.

—Vamos, Roger —me dijo Deacky, así que me puse mis lentes negros.

Empezamos a caminar, ya había periodistas, pero yo solo busca a ______________ con la mirada. Note a Mary y Veronica, pero no a ella.

—Hola, chicos —nos saludo Mary y fue rumbo a Fred, mientras Veronica a John.

—¿Y ______________? —preguntó Brian, al notar que no estába.

Negué con la cabeza. Tal vez se le habra hecho tarde o algo así. Seguí mirando por todos lados, en busca de alguna señal de ella, pero nada.

—¿Han hablado con _______________? —le pregunte a las chicas y las mire.

—Yo le llame —contestó Veronica—, pero no me contesto ninguna llamada en estos tres días... —miramos a Mary.

—Tampoco sé de ella —entre todos nos miramos—. Sabía que tenía mucho trabajo —hizo una mueca.

—Ella está bien, Roger —me dijo Fred, tratando de calmarme.

Asentí con la cabeza no muy seguro.
Con un poco de empujones salimos del aeropuerto, aunque aún seguía mirando a todos lados y evitando las preguntas que nos hacían. Brian y yo nos fuimos en un auto aparte, en lugar de pedirle al chófer que me dejara en mi casa, pedí que me dejaran en la de mi novia.

Brian también iba preocupado y no se negó, de hecho bajo conmigo cuando llegamos. Abrí la puerta, y lo primero que encontramos fue la casa hecho un desastre.

—¡_______________! —hable fuerte mientras entre a la casa, directamente a las habitaciones—. ¡Brian! —grite cuando la encontre tirada en el suelo de su habitación—. Hey, cariño —dije mientras me tiraba a su lado y la tomaba a sus brazos.

—¿Quién eres? —murmuro inconsciente.

—¡¿Qué demonios?! —dijo Brian cuando llego.

—Tenemos que llevarla al hospital —me levante con ella en brazos, pateando algunas botellas del suelo.

***

Estaba en la sala de espera con Brian, necesitaba un maldito cigarro para calmarme. No sabía el porque había tomado tanto y aún más, estar fumando marihuana a un gran exceso o si eso era marihuana.

¡Maldita sea, me sentía horrible!

Me tome del cabello, solo quería saber si estaba bien, solo quería verla, estar con ella y decirle lo mucho que la amo y había extrañado.

—Jenny, llegara en un rato —dijo Brian sentándose a mi lado, había ido a avisarle a su hermana y a los demás—. Todo estará bien, Roger —puso una mano en mi espalda.

—¿Y si no? —en parte estaba asustado y él lo noto.

—Jamás pensé verte así por una mujer —sonrió de lado y me abrazó, sentí lágrimas resbalarse por mis mejillas.

—Ella es diferente Brian —murmure—. Siempre lo ha sido.

Nos quedamos un rato más, esperando a que alguien viniera a decir nada. Hasta había hecho un escandalo a la enfermeras, que me amenazaron en sacarme si no me calmaba. Jenny también había llegado y cuando lo hizo me abrazo y yo a ella, sabía que estaba sufriendo.