d o c e

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Desperte y lo primero que vi fue el cabello rubio que tanto amaba. Sonríe, Roger estaba dormido a mi lado, con la boca un poco abierta. Habíamos llegado a mi casa tarde y lo único que queriamos era dormir.

Era raro que Roger solo hiciera eso conmigo, dormir, nunca habíamos pasado al siguiente nivel, aunque para ser sincero, ambos lo queriamo dar ya, pero siempre nos interrumpían.

Me tenía abrazada por la cintura, solo tenia mi ropa interior y una playera suya, él solo estaba en ropa interior y en parte no nos incomodaba nada.
Mire sus labios, sus malditos labios que nunca pensé que besaría y serian mi perdición ahora. Vi cada detalle de su rostro y no podía ser tan perfecto.

Se movio y me apego más a él, así que me acurruque en él y empecé a dejar pequeños besos en su cuello.

—No hagas eso —hablo con voz ronca, más de la normal—, o creeme que no te dejaré escapar esta vez.

Reí bajito y seguí dandole besos.
Él no resistio y metio su mano bajo la playera. Sin perder tiempo empecé a besar sus labios y él los míos. Me puse encima de él y nos miramos a los ojos unos segundos, estaban dilatados y me miraba con excitación

Volvio atacar mis labios, de una manera más salvaje, que me encanto. Me quito rápido la playera y sonrió al verme en ropa interior.

Sus manos fueron directamente a mi trasero, haciendo que soltara un gritito de sorpresa y rió. Yo me empecé a mover arriba de él, haciendo que soltara un gemido en mis labios e hizo que cambiaron de posición.

Nuestras respiraciones estaban agitadas y queriamos seguir, sin duda, pero empezaron a tocar la puerta.

—Debe de ser una maldita broma —murmuro enfadado, sin quitarse de encima de mí—. ¿Y si mejor continuemos?

—Es una propuesta tentadora —sonreí, pero seguian tocando la puerta—. Parese ser muy urgente —él suspiró y me dio un beso más.

—Espero sea de vida o muerte —se quito encima de mí y reí al ver su erección que se notaba por su ropa interior—. Ves que tan mal me dejaste —reí negando.

Me puse la playera de Roger y salí a abrir. Parecía que no querían dejar de tocar. Cuando abrí la puerta me lleve la sorpresa con que era Lily, pero estaba golpeada y tenía sangre en la nariz y en el labio. Temblaba y me abrazo de inmediato y yo a ella; empezó a llorar.

—Hey, ¿qué paso? —pregunte con cariño, pero ella seguía llorando.

—¿Qué ocurre? —pregunto Roger, agradecía que se cambiará.

—Ve por el botiquín —me miro desconcertado—. Ya.

Cerre la puerta y Roger fue por el botiquín, mientras hacía que Lily se sentará. Seguía llorando y se veía mal. Cuando Roger regreso con el botiquín se quedo estático al verla, así que tuve que quitarle el botiquín de las manos, para poder curar las heridas de Lily. Apesar de terminar con su hermano, le había tomado cariño a la chica.

Ella seguía llorando en tono bajo y me preocupaba. Le tuve que hacer un té para que se calmara, entonces me contó que su novio la había golpeado, eso hizo que Roger se molestará.

—Llamaré a tu hermano, ¿de acuerdo? —ella asintió lentamente con la cabeza—. Ese maldito cretino —le dije a Roger cuando nos alejamos de Lily.

—No puedo creer que le hiciera eso —estaba enojado—. Tiene que ir a denunciarlo.

—Lo sé —suspiré y tome el teléfono—. Llamare a Tom.

***

Roger y yo estabamos con Lily en la policía, la acompañamos a hacer la denuncia y aunque al principio tenía miedo lo hizo. En ningún momento el rubio se aparto de mí y mucho menos cuando Tom llego. Lily se lanzo a él, me miró y me acerque a ellos, Roger estába atras de mí.

These Are The Days Our Live - Roger Taylor & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora