c u a r e n t a y d o s

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Tenía dos días en el hospital desde que me desperte. El doctor me había explicado lo que me ocurrió y de mi pérdida de memoria, que no sabía si seria temporal.

Aun seguia adolorida, pero intentaba llevarlo. Estaba con Jeny, a veces me contaba pequeñas cosas de mí, como dijo el doctor, no me podía saturar de tanta información y aveces eso me frustraba un poco. También estaba Tom, sentado a mi lado y mirándome con cariño, cosa que me seguía incomodando y solo le sonreía.

Intentaba no dejar que me tomara la mano, parecía que a él no le importaba mucho si estaba cómoda con aquel gesto o no.

—¿Cuándo saldre de aquí? —pregunte un poco fastidiada y sentandome mejor en la cama y alejando mi mano de Tom.

—Creo que tendrás que estar unos días más -respondió Tom—, después nos iremos a nuestra casa —beso mi mano.

Lo mire unos segundos dudando y creo que Jenny lo noto, pero no dijo nada porque la puerta se abrió.

—¡Mami! —gire al escuchar la vocesita del pequeño rubio y sonreí.

Roger entro y en sus brazos traía a una pequeña niña, mi hija. Sonrió y se acercaron a mí, no pude evitar abrazar a mis dos hijos, que ya estaban en la cama. No me importaba el dolor al abrazarlos, ya los quería ver.

—Te extrañe —murmuró la pequeña en mi oído y la abraze.

—Y yo a ustedes —bese sus cabezas y mire a Roger—. Gracias —le dije y él sonrió, asintiendo con la cabeza.

—Será mejor dejarlos —Jenny se levanto del sillón—. Vamos, Tom.

Él la miró serio y luego a mí, que evite su mirada. Suspiró y me iba a dar un beso en los labios, pero me gire y me lo dio en la mejilla, escuchando su bufido de frustración.

—Vendré más tarde —asentí con la cabeza mientras salía junto a mi hermana, que me regalo una sonrisa.

Y entonces por fin pude tener una tarde tranquila y feliz. Felix y Rory no dejaban de hablar de aquello o eso. Me habían traído dibujos hechos por ellos, una idea de Roger, que me agradaba que convivieran. También los niños le decían papá a Roger, lo cuál me confundía más, pero no decía nada, mis hijos no sabían que había perdido la memoria.

Cuando dieron las cinco de la tarde, ambos niños se quedaron dormidos, abrazándome y yo no me pude sentir aun más completa. Y a decir verdad, al tener aquel rubio a mi lado también me hacía sentir bien.

—Aclárame una duda —le dije mientras acaricia el cabello a Felix—. ¿Eres el padre de los niños? —pregunte, haciendo que él me mirara nervioso—. Lo tomare como un sí —solté una risita.

—Supongo que fui atrapado —sonrió de lado, estaba un poco sonrojado.

—¿Cómo es que termine con Tom? —la verdad es que quería saber de mi pasado, me frustraba que no dijeran nada.

—Se supone que no te podemos saturar con información —respondió mirandome a los ojos y suspiró—. Te casaste dos años después de que nos separamos —evitó mi mirada, haciendome sentir extraña.

—¿Y que ocurrió con nosotros? —pregunte con cautela.

—Esa si que es una historia muy larga —respondió con una sonrisa algo triste y volviendo a mirar.

—Si no te has dado cuenta, tengo mucho tiempo de sobra para escucharla —él soltó una risita—. ¿Me contaras?

Se mordio el labio, haciendo que mi vista solo se fijara ahí, en sus labios y sonrojada baje la mirada, frunciendo un poco el ceño. ¿Por qué no sentía todo eso con Tom, que es mi esposo?

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2019 ⏰

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These Are The Days Our Live - Roger Taylor & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora