q u i n c e

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Habíamos partido temprano el día siguiente. Iríamos directamente a enseñarle la canción a Foster, para que viera porque fue necesario las dos semanas más en aquella granja, de la cuál extrañare su tranquilidad.

Iba medio dormida en los brazos de Roger, él también dormia. John y Brian dormían profundamente, mientras Freddie seguía escribiendo algo y Paul lo miraba con ganas de besarlo otra vez, así que preferí despertarme por completo. Roger se acomodó poniendo su cabeza en mis piernas, así que le acaricie el cabello.

—¿Le escribieras otra canción a Mary? —pregunte, él sonrió, mientras Paul me miraba mal.

—Tal vez, mientras espero que ame “Love of my live” —me dijo con cierta timidez.

—Lo hará, Fred, yo lo hice —sonreí—. Hasta “I’m in Love With My Car”, pero no le digas a Roger o se le subira el ego y no se callará por un rato —susurre divertida y él rió.

—¿Siempre supiste que Roger, era el indicado? —pregunto con cierto nerviosismo y sentándose más cerca de mí, para tener una platica más íntima, sin que don chismoso de Paul escuchará.

—Yo creo que nunca lo sabemos hasta que nos pasa —hable en voz baja para ambos—. Roger siempre fue lindo conmigo, porque eramos amigos, aunque ambos empezamos a sentir cosas y ve donde terminamos —sonreí de lado, mire a mi novio unos segundos y luego a Freddie—. ¿No sientes que Mary sea la indicada? —él suspiró.

—Creo que tenías razón —respondió y lo mire un poco desconcertada—. Creo que tal vez si me pueda haber gusta lo del beso con ya sabes quien —murmuró y miramos de reojo a Paul, que no nos quitaba la mirada de encima.

—Freddie —hable con ternura y tome su mano—, no tiene nada de malo que experimente sensaciones por alguien de tu mismo sexo —él agacho la cabeza un poco avergonzado—. Tienes que descubrir que es lo que más te gusta y yo estaré ahí para apoyarte —volvió a mirarme—, ellos también, porque no importa las veces que se peleen, siempre estaremos para ti, porque somos una familia.

—Sin duda Roger se saco la lotería contigo, cariño —y me abrazo—. Pido ser el primer padrino del su primer bebé —reí.

Cuando llegamos, decidí esperarlos en el auto, no tenía muchas ganas de meterme en el mejor momento de ellos. Así que después de aceptarlo, los cuatro entraron, seguido por Paul, donde los esperaban su manager y abogado, Jim, que me saludo con la mano y una sonrisa; era muy lindo y agradable, siempre lo era.

Seguí dentro del auto, escuchando Killer Queen, que sonaba en la radio, cuando los veo salir, con una sonrisa, supongo que les fue bien, así que fuí rápido hacia ellos.

—¿Cómo les fue? —pregunté cuando llegue con ellos.

—No aprecio mucho nuestra obra maestra —contesto Freddie, aunque no estaba molesto, ninguno de los cuatro.

—No parecen enojados —murmure.

—No lo estamos —me dijo Brian—, nosotros sabemos el valor de este álbum, podemos hacer grandes cosas y él perdio a Queen.

Se abrazaron y sonreí. Luego Roger tomo una piedra y la lanzo a la venta, haciendo que el vidrio se rompiera. Reímos y el primero en asomarse fue Paul y luego Ray Foster.

—¡Descuentalo de la regalías! —grito Freddie.

—¡Idiota! —le grito Roger y después tomo mi mano y los cinco empezamos a caminar.

—¡Imbéciles! —les grito Foster.

—¡Trágate tu disco de oro! —le dijo Brian—. ¡Cometes un error, Foster!

These Are The Days Our Live - Roger Taylor & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora