Naomy
Cuando Ángel me tiende una mano, lo dudo unos segundos.
Siento la mirada fija de Helena sobre mí, sé que, si acepto su ayuda ella explotará.
Decido aceptar.
- ¡Liessel! – grita Helena. Se acerca a ella y la toma por el brazo bruscamente.
La niña cierra los ojos con fuerza y ahoga un grito.
Cuando estoy por reclamar, Ángel se me adelanta - ¡Ya, mamá! Deja, yo la llevo – coge la mano de Lizzy y la lleva a su habitación.
- Apuesto a que todo esto es por tu culpa, no haces más que corromper a mis hijos.
Lanzo una carcajada, con nada de gracia – Por favor, Helena, más de tres años y sigues usando el mismo argumento. Ángel y Stephanie son lo suficientemente grandecitos como para saber lo que hacen, en cuanto a Liessel, fue un accidente, no pretendíamos hacer un desastre.
- Escúchame bien, mocosa, sé exactamente lo que pretendes hacer y no te saldrás con la tuya.
¿Qué?
- Tienes suerte que Adolfo esté en un viaje de promoción a su candidatura, de lo contrario, no sé exactamente lo que haría – se acerca y coge mi brazo – Limpiarás este desastre, saldrás por esa puerta y te alejarás de mis hijos para siempre ¿entiendes? Si no lo haces...
- ¿Qué? ¿Qué sucederá? Helena, nunca te he tenido miedo y por mí, haz lo que se te de la gana. No me controlarás, ni mucho menos a quienes son mis amigos.
- ¿Ahora mis hijos son amigos tuyos?
Debería decir que lo son, que nunca dejaron de serlo. Pero... ahora no sé exactamente lo que los hermanos Hastings representan para mí.
- Eso pensé – camina hacia la puerta – Solo vine a dejar unas cosas, volveré a salir y cuando regrese espero encontrar todo esto en orden y tú fuera de mi casa.
Y sin esperar respuesta por mi parte, se retira del lugar.
Me apoyo en la encimera y lanzo un suspiro. Helena nunca fue una persona fácil, desde que la conocí fue muy cortante y petulante. Tal ves debería hacer caso a su estúpido consejo y alejarme de los Hastings para siempre.
¿En qué estoy pensando? ¿Haré lo que dice esa estirada?
La puerta del cuarto de Lizzy vuelve a abrirse. Ángel sale con el rostro serio y repasa con la mirada la cocina y se acerca.
- Lamento eso.
- Sí... - enjuago un trapo y empiezo a limpiar la mesa.
- ¿Qué fue lo que te dijo? – coge la escoba y me ayuda a limpiar el desastre.
- Oh, ya sabes, lo mismo de siempre: "No te acerques a mis hijos", "Mala influencia", "Aléjate de nosotros" – imito su voz.
Guarda por unos segundos silencios, pareciera meditar algo.
- No pensarás alejarte nuevamente ¿verdad?
Pues no es una mala idea.
Ignoro su comentario y continúo con lo mío. En poco tiempo y mucho silencio, la cocina vuelve a estar impecable.
- Debo irme.
- ¡Espera! – sujeta mi mano, esta vez su tacto es mucho más delicado. Dejo que nuestras manos se toquen unos segundos antes de retirarla – Sé que quizá suene algo repetitivo, pero ¿qué fue lo que sucedió para separarnos de esta manera? ¿Te importaría recordarmelo?
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Nuestro Momento
Teen FictionHace unos cuantos años Naomy abandonó su hogar, ¿la razón? Un corazón roto y una propuesta irresistible que elevaría su carrera. Ahora, tiene una vida que nunca se imaginó, disfruta de ciertos lujos y comodidades. Pero... ¿qué sucede cuando es hora...