#16: Por primera vez.

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Ian

Veo la lista de las notas colgada en el pizarrón. Tardo unos cuantos segundos en encontrar mi apellido.

No es de los que está en los primeros lugares, pero tampoco puedo quejarme.

Guardo mis cosas en el casillero y acomodo un poco las cosas, nunca he sido un maniático del orden, pero tampoco me agrada el desorden. Al cerrar la pequeña puerta una chica aparece apoyada junto al casillero posterior.

- Hola Ian.

Muerdo mi lengua, tratando de recordar su nombre.

- Hola, tú.

Por favor, di tu nombre.

- Veo que sacaste un buen puntaje.

- Yo no lo llamaría exactamente "buen puntaje"

Ríe y acomoda su cabello.

¿Dije algo gracioso?

La situación se torna incómoda ante tanto silencio, tengo la intención de irme, pero no sería muy educado.

- ¿Necesitas algo?

- Ah, claro, que tonta – aclara su garganta – Me preguntaba si podrías explicarme la clase de hoy. Cálculo.

- Claro ¿qué es lo que no entiendes?

- A-aquí no ¿Te parece hoy en mi casa?

Oh, oh. No creo que esto tenga buena pinta.

- No sé si sea buena idea.

- Entonces en tu casa. No te preocupes sé tu dirección, nos vemos a las tres – besa mi mejilla y se va rápidamente.

¿Di mi dirección en algún momento?

El timbre suena, indicando el inicio de otra clase.

Tranquilo, Ian, son solo cinco años más. 1825 días más.

Saco mi teléfono y lo reviso, mientras camino al siguiente salón. La foto de Stephanie aparece en una esquina de la pantalla junto al título "contactos frecuentes"

Hace unos días que no la veo y maldita sea, eso está poniéndome nervioso.

Dudo en escribirle, no quiero asustarla pareciendo un acosador. Realmente no sé como terminaron las cosas con su hermano, pero su abrazo familiar inspiró otro de mis dibujos... y quizá uno más de ella.

Me digo a mi mismo que está muy ocupada y no tiene tiempo para una llamada.

O no.

Quizá espera mi llamada y está igual de ansiosa que yo. Quizá y solo quizá, también sienta ese algo.

Sí, soñar es lo mejor del mundo.

****

- Adelante.

- Gracias.

Cierro la puerta detrás de mí y me vuelvo hacia la chica, cuyo nombre aun no menciona.

- Y... ¿quieres algo de beber?

- No, gracias – comenta tomando asiento – Así que... ¿vives solo?

- No, mamá y Naomy deben estar trabajando. En fin... ¿comenzamos?

- Claro – sonríe y deja su mochila en el suelo antes de acercarse.

Tomo sus hombros, obligándola a detenerse.

- ¿Qué haces?

- Es obvio que tu no me besarás así que empezaré yo.

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